1. Pequeños encuentros


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: cenicienta, Fuente: CuentoRelatos

    Es como si no me pasara a mí, como si leyera una de estas historias vuestras que me acercan más a la realidad oculta que hay detrás de cada uno de nosotros… Pero ahora tengo la sensación de explotar si no lo cuento, si no lo disfruto una y otra vez, si no lo revivo... ¡Dios! Me hace sentir tan excitada como avergonzada
    
    Llevaba ya trabajando dos años como guarda jurado y tenía a mis espaldas diez horas diarias de interminable rutina, de soledad y aislamiento... Haberme hecho del oficio me estaba haciendo ser esclava de mi propia vida, vida que compartía a diario con el perro de la finca que llego a ser el guardián más dulce que jamás me hubiera imaginado… ¡Blasco que andaba revuelto siempre en primavera!!! buena época de celo, se pasaba el día detrás de las hembras más cercanas y a diario le veía pasar moviendo el rabo y contentarse aumentando de tamaño su pene cada vez que veía alguna hembra a la que cabalgar.
    
    Contemplar su pene eréctil rojo con esa mezcla aparente de humedad y dureza extrema me ponía todavía más violenta de lo que ya estaba… Llevaba más de ocho meses tan centrada en mi trabajo que se me estaba olvidando el contacto humano, el calor de un abrazo, la confianza en los demás… no me apetecía arreglarme o coquetear saliendo en mi día libre… desde que dejé a mi novio, no había vuelto a ser la misma. Cuando le pillé en la cama con mi mejor amiga, el muy cerdo… masturbándose con sus tetas y ella de rodillas, gozando como una perra al verle tan excitado, ...
    ... metiendo su dedito anillado en aquel culito que hasta entonces había sido mío… ansiosa por lamer su leche caliente... no pude evitar recrearme en esa escena que contemple agachada detrás de una puerta entreabierta mientras se lo hacían…Yo que pensaba que estábamos tan unidos… siempre habíamos bromeado sobre el tema y los dos disfrutábamos con aquellas comparaciones, él siempre me decía que mis tetas eran las mejores... más abundantes que las de mis amigas y casi perfectas ¡en su punto! Eso siempre me ha infundido una gran confianza en lo que tenía… después de 7 años de fidelidad y dedicación, ¡no había derecho!! No es por presumir, pero siempre he sabido lo resultona y mona que soy… con mi pelo rizado, pestañas largas, grandes caderas, piernas alargadas y un toque de exuberancia en mis labios que no pasaba desapercibido resultando ser una mezcla explosiva para los hombres bajo el uniforme azul y marrón que vestía a diario.
    
    Ahora me resultaba todo diferente, no tenía ningún valor en mi cabeza claro, todo podía o no podía ser, todo era relativo y confuso. Me pasaba horas en mi garita de control con un libro abierto sin ver nada en él y muy excitada pensando en la manera en la que Blasco con aquella carnosidad creciente podría siquiera rozarme ¿tan desesperada y sola estaba?
    
    Tal vez la soledad de los últimos meses y la necesidad de sentirme viva hacía que cualquier expresión corporal que saliera de otro ser humano me excitara tremendamente abriendo una puerta desconocida a mis ...
«1234...»