1. Pequeños encuentros


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: cenicienta, Fuente: CuentoRelatos

    ... conservaba o no las huellas del dolor, no tardaría mucho en saberlo, al instante Ana me llamó pidiéndome que le acercara la pastilla de jabón arrinconada. ¡Quédate un momento! Dijo, quiero que me ayudes, no quiero sentirme sola, parecía como si la distancia que minutos antes nos separaba nos hubiera convertido en las mejores amigas ayudada por la complicidad de su desnudez en la bañera.
    
    En un segundo que a mí se me figuró eterno, se deshizo delante de mí del sostén y las bragas de encaje blanco, se arrodilló dentro de la bañera y dándose la vuelta dejó al descubierto su espalda tersa y suave, Yo frotaba el jabón contra la esponja hasta formar una espuma cremosa y me dispuse a dárselo para que ella misma se enjabonara tranquilamente pero Ana cogiendo la esponja y hundiéndola en el agua que empezaba a llenar el ambiente con ese vapor cálido que lo cubre todo, me pidió que me quedara y le enjabonara la espalda con mis manos… la esponja le resultaba algo áspera, entonces fue cuando hice de mis manos la mejor coreografía con su espalda húmeda y me entregué a la tarea de masajear tiernamente la espalda dolorida de Ana.
    
    De pronto y tras un giro brusco dejó al descubierto sus dos pechos que yo sin querer rocé en un ir y venir con la espuma desde su espalda, hasta que al final abarqué con mis manos tiernamente la carnosa y prieta plenitud de sus pezones, - yo sorprendida por aquello y para quitarle importancia le dije. "tienes unos pechos tan hermosos Ana, creo que mi novio me ...
    ... dejó por unos como los tuyos. Ahora lo entiendo, pero ese hombre no te merece” ella sonrió y me pidió que le dejara ver los míos, que seguro que mis pechos eran mucho mejores y yo me equivocaba al pensar así… ella creía que ningún hombre era capaz de apreciar la belleza de unos senos dulces y suaves como parecía tener yo.
    
    El agua caliente empezaba a surtir su efecto embrujador dando a los redondos pechos de Ana y a toda su joven y lisa piel un tono rosado que se me antojaba terriblemente tentador, pues buscaba en mí el cariño que jamás ese hombre le diera… En ese momento ella busco mis hombros mojados de agua, los besó oliendo el perfume del cuerpo jugoso que se entrega al placer.
    
    Ambas llevábamos mucho tiempo sin recibir una muestra de ternura.
    
    Me quité la blusa para no mojarme y poder enjabonarle mejor, así como el pantalón que tan apretado no me dejaba libertad de movimiento… sus pezones respondían a mi presencia poniéndose tan erguidos como dos preciados pitones. Ella cerraba los ojos y se dejaba hacer en aquel vaivén embriagador de mis caricias... sedienta de cariño, yo creía que no había pasado todavía el límite de lo prohibido, pero en realidad ya estaba completamente empapada... yo seguía frotando con mis manos que se desplazaban ahora a gran velocidad dando círculos alrededor de su ombligo… ¡¡dios!! Ella se dejaba hacer como si nada… y yo iba a explotar… para calmarme pensaba que solo estaba ayudando a relajarse a mi vecina después de una situación tensa… que ...