1. Pequeños encuentros


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: cenicienta, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentidos hasta ese momento.
    
    Algunos días llegaba corriendo a casa y yo misma empezaba a besar mi cuerpo, caricias sin sentido que me humedecían y finalmente llegaba a masturbarme, metiéndome lo primero que encontraba (el cono de una botella, el pico de la cama, un pepino untado de mantequilla…).Y peor aún, cuando salía alguna que otra vez por la noche para despejarme mis pensamientos andaban más de lo que yo misma me hubiera imaginado nunca… el roce de una lengua humedeciéndose los labios al beber una copa en un bar, un cruce de piernas, un movimiento de cuello que dejara al descubierto un escote... no podía dejar de seguirlos con la mirada, ¡¡dios mío, me estaba volviendo loca!! Para mi sorpresa no distinguía entre hombre o mujer… veía en cada ser una curva perfecta de placer sin medida… no importaba el final, no importaba el título que le pusiera, estaba en manos de una naturaleza caprichosa que sacaba lo mejor y lo peor de mi… rompiendo todos los límites que había conocido… Desde luego, no había duda, necesitaba unas vacaciones.
    
    Aquella noche, al llegar a casa oí unos gritos, gritos a los que ya estaba acostumbrada y que poco a poco se hacían más intensos de lo habitual, mis vecinos siempre se peleaban a todas horas, y Ana mi vecina, era la que más sufría esta situación, llevaban solo un año de casados y a mí se me presentaba como el espejo de lo que podría haberse convertido mi vida con Carlos, mi novio. Al cabo de un rato y tras un sonoro portazo llamaron a la ...
    ... puerta, y allí estaba ella, Ana, con la cara desencajada por la tensión del momento, que le había dejado como saldo los botones de la bata rotos. Su marido, una vez más, borracho como una cuba le había intentado obligar a mantener relaciones y después se había marchado de casa… Ana me lo contó y volví a sentir esa mezcla de asco y excitación imaginándome el momento. Según me dijo, después de la peli porno que daban en la tele y con cuatro cubatas encima él se fue hacia la cama donde Ana estaba durmiendo, excitado como estaba le abrió bruscamente las piernas para penetrarla y hundir su polla en su coñito cerrado… él no sabía apreciar la tersura de su piel, ni acariciaba habitualmente sus pechos prietos y firmes, siempre se limitaba a metérsela de golpe, disfrutaba desgarrando sus entrañas y vomitándole el olor a alcohol que le transformaba hasta verter toda su leche caliente en ella, incluso después él se la metía en la boca para que le acabara de sacar lo que le quedaba…
    
    Aun tiemblo al recordarlo, sentí que algo se me reventaba por dentro al escucharla… Ana era tan dulce.
    
    Yo en aquel estado le ofrecí pasar para que se calmara y viendo su estado de ansiedad me ofrecí a bañarla y lavarle para que se quitara de encima el olor a macho que llevaba.
    
    Apenas me dejó quitarle la bata y enjuagarle la cara, insistía en hacerlo ella misma, así cerró la puerta del baño y mientras yo, respetando su intimidad me dispuse a preparar café.
    
    Tenía curiosidad por saber si su cuerpo ...
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