1. Sexo con mi madura casera


    Fecha: 20/08/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Ahora que ha llegado de nuevo el calor, me viene a la memoria lo que me ocurrió el año pasado. Soy un lector habitual de esta página de relatos y puede que lo que cuente no resulte tan picante como lo puedan ser otros relatos más excitantes, aunque claro, esto que voy a contar es real. Tampoco hay personajes con físicos espectaculares, pero a mí me resultó una experiencia muy gratificante y novedosa, así que espero que haya alguien a quien le guste.
    
    Aclaro que soy un chico de 28 años. Llevo con mi novia unos tres años. Es una persona a la que quiero mucho, como podréis imaginar. Nunca pensé que llegaría a serla infiel. Y menos con la persona con quien lo fui, claro. Pongo antecedentes: tuve que mudarme por motivos de trabajo y estuve varios meses sin ver muy a menudo a, pongamos que se llama así, Olga. Si en invierno resultó difícil, cuando llegaron las altas temperaturas, las piscinas, las chicas con menos ropa, imaginaros.
    
    Yo mido más de metro ochenta, soy moreno y delgado. He de reconocer que no tengo demasiado éxito con las mujeres. De hecho, los motivos de estar con Olga no se debieron a que la atrajera físicamente. No es que sea feo, pero no ayuda no tener un físico más trabajado ni que me cueste demasiado acercarme a conversar con las chicas. Así que un servidor no sabe muy bien lo que significa resultar atrayente para el sexo femenino.
    
    Por eso me resultó chocante que en mi nueva ciudad mi casera no me quitara el ojo de encima. Al principio creí que era ...
    ... porque era una señora que se metía en cualquier cosa. Pero luego descubrí que se le iban los ojos a ciertas partes, que me hacía diversos comentarios picantes... En fin, cosas que con otros hombres no la veía hacer. Esta mujer, pongamos que María, era casada y estaría entre los cincuenta y sesenta años, tres hijos, más bien baja, no llegaría ni al metro sesenta y cinco. Rellenita, ancha de caderas, aunque no obstante agradable porque tenía una bonita cara. Además tenía un trato muy cordial conmigo.
    
    Si durante los primeros meses me pasó desapercibido lo que he comentado antes, en verano con eso de la piscina o de andar con menos ropa, pues vi con claridad que me comía con la mirada. Sé que era una mujer mayor, mucho menos atractiva que mi novia o que cualquier mujer objeto potencial de mis deseos sexuales, pero el saberme deseado me gustaba y halagaba. Nunca pensé, eso sí, que pasaría de ahí.
    
    Ya que ella estaba tan pendiente de mí, yo empecé a tener pequeños descuidos cuando me sabía vigilado. No cerraba la puerta en la zona de las duchas, salía con la toalla anudada para volver a mi piso en vez de llevarme la ropa (aclaro que casi siempre estaba en la piscina comunitaria solo y que ella me observaba desde su casa, donde tenía visión de la piscina y también de mi propio piso), me paseaba por casa en gayumbos, cosas así.
    
    Una noche hacía mucho calor. La casa estaba insoportable, así que me fui a la piscina. Todo parecía a oscuras, pero yo sabía que María estaba en su casa, ...
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