1. Sexo con mi madura casera


    Fecha: 20/08/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a mi lengua, que limpió sus flujos con deseo. Me estaba comiendo un coño que quizá no era utilizado en muchos años. Me puso a cien el pensamiento. No pensaba en la edad de esa señora ni en que podía incluso resultar una vista repugnante para alguien que no estuviera tan cachondo como yo. Pero aquel chocho no podía resultarme más apasionante. Y más cuando ella no paraba de gemir y retorcerse de placer.
    
    Cuando conseguí arrancarle el cuarto o quinto orgasmo (estuve dale que te pego chupándole y metiéndole varios dedos en su gruta, trabajándole el enorme clítoris), mi erección era mayor incluso que antes. "Te quiero follar". "Métemela, quiero sentirte dentro". Ella se acostó más y me tumbé sobre ella. Sus pechos se aplastaron con mi peso, su carne caliente rozando la mía, sus muslos enormes debajo de los míos, su coño haciéndole hueco a mi verga, que entró como la mantequilla mientras le estrujaba los pechos.
    
    Mi mete y saca era frenético, así como sus gritos. Mi culo bajaba y subía, y María se retorcía para sentir mi polla del mejor modo o desde todos los ángulos posibles. "Ponte a cuatro patas". Y se puso. La visión de su enorme culo volvió a motivarme. Se la metí en la vagina y en el espejo veía cómo ...
    ... sus ubres se balanceaban de un lado para otro. Mi mano los buscó, pero estaba tan desatado que quería más y no me sentí agotado tras correrme dentro del coño de María.
    
    Estábamos sudados y creo que ella agotada, pero busqué su ano y comencé a chuparlo. Ella me preguntaba qué hacía, pero se dejaba hacer. Un dedo, dos, tres, mi polla no del todo dura aún, aunque la dirigí a aquel agujero estrecho. Ella no se resistió, pese a decirme que no le gustaba que le dieran por culo. Cuando mi glande se introdujo dentro, la presión y el contacto con esa cavidad me la pusieron de nuevo como una estaca. Sin contemplaciones, se la clavé. Tanto a ella como a mí nos dolió un poco, pero tras pararme un poco y adaptarnos, volví a darle por culo. Al poco tanto ella como yo veíamos las estrellas de placer. Se hizo un dedo impresionante, noté cómo su cuerpo entero tembló del orgasmo que tuvo, y mi tercera corrida fue tan abundante como la primera.
    
    Estuvimos los dos meses que me quedaron allí destinado follando como monos en los más diversos lugares y posturas. Ella se sentía como una puta y yo como su chulo y de verdad que no he disfrutado del sexo tanto como aquellos meses. Eso sí, cuando volví a estar con Olga llegaron. 
«1234»