Mi esposa con el curita 6a parte - Relatos Eróticos

Mi esposa con el curita 6a parte

... frías y esperando mi llamada, pues el curita quería saludarme y que le diera las últimas instrucciones y yo le pregunte si no se le ofrecía nada y ella me dijo que no que estaba muy bien y que no me preocupar pues tenía quien la cuidara y con las misma paso al curita para que me hablara.

El me saludo muy amable y creo que para entonces ya se la había cogido por lo menos una vez y lo primero que me dijo es que no sabía cuánto me agradecía la confianza que le mostraba al permitirle quedarse por allá con ella que no me preocupara que trataría de cuidarla perfectamente.

Que la verdad es que estaba feliz por esa oportunidad tan especial y que trataría de que fuera algo muy especial por las circunstancias.

Que otra vez me daba las gracias púes me reconocía todo el sacrificio que yo hacia por ella y que no sabía lo que me agradecía esa confianza. Que al terminar de cenar se irían a acostar de inmediato pues podría presuponer las ganas que tenia de estar con ella.

Así fue como en ese viaje mío a la ciudad de México, se quedó el curita en mi casa cogiéndose a mi mujer a la que verdaderamente hizo gozar mucho en esa ocasión que ya les narrare con más detalle en el siguiente envío.

Después me entere por los dos de algunas de las cosas que habían hecho durante el día pues él le había pedido que se desvistiera totalmente para cenar así y esperar en esta forma mi llamada pues le parecía muy sexual el que cuando yo llamara ella estuviera desnuda con él también le había ...

... pedido que se sentara en sus piernas para verla y acariciarla.

Ella acepto de inmediato sabiendo que serían unos días muy especiales que tendría que aprovechar totalmente, en que ella iba a ser cogida todo el tiempo como si se tratara de una recién casada, por lo que no tuvo inconveniente en cumplirle ese deseo de cenar con él desnuda totalmente.

Después de que hablo conmigo estando ella así desnudita y cuando se dio la vuelta, hacia él, ya mostrando sin recato los encantos de la parte frontal de su cuerpo, la cara del cura debía de estar tan transfigurada por la sorpresa que no pudo evitar echarse a reír y le pregunto si no le gustaba verla así.

Él le dijo que al contrario que era para él un placer mayor el poder tenerla así ya que la veía bien, sin prisas, ni miedos, y sabiendo que yo confiaba totalmente en él para hacerla gozar completamente al meterle toda la verga y descargarse así totalmente dentro de ella y que por lo mismo la entrega de ella seria total, por lo que veía sus senos moverse o ver la forma que adoptaban sus carnosas nalgas cuando se sentaba frente a él, poder ver sus pezones rosados, el vello púbico brillante, y en fin la gracia natural de sus formas al moverse...

Así se fueron para la recamara que ella ya había declarado para estar con él pues nunca lo hacía con el curita en nuestra recamara.

En ella se apresto a acostarse quitándose la pintura de los ojos cosa que él siguió con gran interés pues era algo que nunca había visto, después ella se ...