Mi esposa con el curita 6a parte - Relatos Eróticos

Mi esposa con el curita 6a parte

... puso un negligé de color azul marino ese pequeño camisón de dormir confeccionada siempre con tela muy fina y tiene un diseño que se la hacía ver muy sexy y atrevido lo que resaltaba más la blancura de su piel, él le decía que no se pusiera nada pero ella le dijo que parte de los placeres mutuos serian cuando él la desvistiera con sus propias manos, que ya acostados él podría hacerle lo que quisiera y podría quitarle ese negligé y dejarla totalmente desnuda pero que entendiera que si se lo ponía es para que el la viera más atractiva y que así tendría el placer der quitarle toda la ropa.

En fin se acostaron y sin apagar la luz para aumentar así el placer visual el comenzó a acariciarla por todos lados y en todas formas mientras ella se dejaba pues estaba también muy caliente esperando la verga del curita.

Sus dedos recorrían todas sus nalgas y así llegaban hasta a rozar su culo de ella, lo que le produjo una como descarga eléctrica ya que se daba cuenta que su culo seria parte del juego de esos días.

Esa noche como poesía de Federico García Lorca, el cabalgo el mejor de los caminos montándola en todas las formas que se imaginó nunca pasarían.

Ella estaba muy nerviosa pues nunca había estado en una situación similar y dudaba de ese toque. ¿Ella tenía la gran duda habría sido accidental, o era algo que hacia el con intención? La volvía loca el pensar en todo lo que podría hacerle y en que estaba casi totalmente a su merced pues estaban solos en mi casa.

Que ...

... claramente yo les había dicho a los dos que procuraran entregarse completos pues si ya había aceptado desde hacía unos meses el que el la usara completamente era para que le diera toda su leche dentro den si vagina como parte del placer de estar con ella.

Él jadeando y moviéndome con ímpetu se fue acomodando entre sus piernas para penetrarla lentamente aun con el gran deseo que tenia de usarla así y en que ya quería tenerla bien cogida como la había tenido en la tarde.

Al día siguiente despertaron hasta que la luz del sol entraba completamente en la recamara y en que el, la tenía abrazada y pegada a su cuerpo y así cuando ella le dijo que se iba a bañar, él le pregunto si lo dejaría verla hacerlo y ella le contesto que si quería bañarse con ella, así aprovecharían para tocarse ambos por todo el cuerpo,

Además le tocaba los huevos, se los apretaba delicadamente, se los masajeaba haciendo que llegara al éxtasis. Estos movimientos siguieron por más de cinco minutos. Le estaba demostrando al curita que en realidad era una experta.

Seguro que había practicado lo suficiente a través de los años desde el colegio con sus amigos y por eso. Había aprendido muy bien. Además él sabía que nuestro amigo José Antonio se la estaba cogiendo a sabiendas con mi consentimiento pues era una manera de ayudarme a tenerla tranquila.

En algún momento sintio el sumo placer de ser mamado por ella pero antes la beso con fuerza, por lo que pudo notar que realmente no solo estaba cumpliendo con un ...