1. Beatriz y Aitziber, unas encuestadoras...


    Fecha: 20/08/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ojos supe que sonreía, y que entendía lo que le pedía. Aceleró su ritmo, empecé a decir barbaridades, y solté la leche mientras Beatriz me atenazaba los testículos, y se los soltaba poco a poco. El primer chorro debió de sorprender a Aitziber ( suelo acumular mucho semen, no sé por qué), pero ya después pudo ir "gestionándolo" en su boca hasta que empezó a escurrírsele por la comisura de los labios. En ese momento Beatriz se acerco a su cara, y empeco a lamer mi leche en sus mejillas. Aitziber, automáticamente, liberó la polla y acercó su boca a la de Beatriz : le tomó con su mano libre la cabeza, le inclinó un poco, aplicó sus labios en los suyos, y empezó a trasvasarle la leche de su boca a la suya, ayudándose con la lengua, que de vez en vez se enlazaban . Beatriz se tragaba la leche, mientras respondía a sus besos, y me daba las últimas sacudidas al miembro para que se vaciara del todo. Cuando estoy muy excitado (y esta vez lo estaba) suelo poder llegar dos veces seguidas. La segunda, sólo con la mano, sólo sabiendo el ritmo preciso, y soltando mucho menos leche y mucho más líquida, menos densa. Pero lo suelto. Beatriz le dijo que mirara, y me masturbo a todo ritmo. Mientras ella me toqueteaba con las yemas de sus dedos en la base del escroto, y a los diez segundos solte esos dos o tres chorros que se fueron a parar directamente contra los grandes pechos de Aitziber.
    
    Nos relajamos un rato, hablando de cosas, de lo que nos gustaba hacernos en la cama. Las dos parecían ...
    ... estar muy pendientes de mí, de mis reacciones:. Al cabo de un rato, reparé en que, con una mano Aitziber estaba reanimando mi polla. Cuando ésta alcanzó un tamaño respetable (le costó casi una media hora), Aitziber dijo que había que aprovechar la mañana, y que si teníamos alguna idea en particular. Beatriz me miro y me pregunto que si estaba lo suficientemente excitado. "Lo suficientemente excitado, ?para qué?", preguntó Aitziber, yo no tenia ni idea a lo que se referia. Beatriz, le explico a Aitziber que a su novio, sólo si está muy, muy excitado, le gustaba que le penetrasen por detrás, que le taladren el culo. Esto le hizo mucha gracia a la chica: "?con qué? ?tenéis consoladores?" No, usamos los dedos o el mango de un cepillo para el pelo. Se tumbó boca arriba, y nos hizo señas para que nos acostáramos a su lado, uno a cada lado. "!Arriba!", dijo Aitziber, y se levantó. Nos quedamos mirándola, sin saber qué iba a hacer. Pero no tardó en explicarlo: "a cuatro patas los dos, uno al lado del otro, que me queden vuestros culos a mano". Nos pusimos los dos como ella nos había dicho, casi hombro con hombro, sobre la cama, levantando las grupas lo más posible.
    
    Aitziber se acercó a por su bolso. Creí que iba a sacar un consolador, pero no: sacó también del bolso un tubo que me sonaba conocido: un lubricante, algo más líquido que la vaselina, que yo utilizába cuando quería trabajarme los culos de mis conquistas. Soltó un chorro más que generoso de la crema en sus manos, y se las ...
«12...456...»