Negación - Capítulo 6
Fecha: 22/08/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... ano haciendo presión con el dedo medio. Profundicé lo más que pude la inserción. Me quedé mirando el techo, estaba hecho, y ya no había vuelta atrás. Espere algunos segundos, expectante, buscando algún efecto inmediato. Nada pasó. Recé para que el anestésico no fallara, o yo expulsara el fármaco, o tuviera alguna extraña situación médica que me hiciera resistente a su efecto.
Mi celular anunció la entrada de un mensaje, me moví lentamente, sin elevar mí trasero de la cama, temía que si me ponía de pie, la gravedad hiciera efecto y el supositorio callera al suelo. Para evitar cualquier accidente mantenía los músculos rectales apretados, lo que me permitía sentir la presencia de ese objeto extraño en mi interior. A tientas tome el teléfono del velador, era él.
Depósito Ok. Revisar.
Con dedos temblorosos, revisé mi cuenta bancaria en una de las aplicaciones del móvil, tal como informaba, había un abono a mi cuenta, y efectivamente, se trataba del doble del valor que pedía por una hora de servicios sexuales. Cerré la aplicación y aparté el celular. Mañana les enviaría a mis hermanas la suma total dividida en dos partes iguales, no quería saber nada más de ese dinero.
Le había prometido a mi madre en su lecho de muerte dos cosas, que terminaría la Universidad y que cuidaría a mis hermanas. Por la forma en que mamá me miró antes de abandonar la vida, sé que creyó en mi palabra. En su memoria cumplí, e hice todo lo que estuvo en mis manos para no defraudarla. Ya me ...
... prostituía antes de que muriera. Cuando ingresé a la escuela de ingeniería, obtuve una beca completa para mis estudios superiores, mamá podía trabajar y todo marchaba sobre ruedas, las chicas no eran tan exigentes en ese entonces. Comencé a laborar de garzón en un famoso restaurant de la ciudad, vivía de propinas y un módico salario. Me hospedaba en las residencias estudiantiles de la Universidad, tenía el dinero suficiente para comida y locomoción.
Todo se vino abajo en mi tercer año de carrera universitaria. Mamá comenzó a sentirse mal en forma repentina, los gastos médicos nos agobiarnos, y decidí tomar otros trabajos para ayudar a solventar los costos de su enfermedad cuando fue diagnosticada: ayudé en la biblioteca del campus, fui cajero en un supermercado, aumenté mis horas en el restaurant, y durante la noche, era guardia en un pub nocturno. Pronto, dejé de ir a clases, prefería usar mi tiempo produciendo dinero a estar sentado escuchando a un profesor hablar cosas sin sentido, tenía otras prioridades más importantes, la vida de mi madre por ejemplo.
Como era de esperar, mi rendimiento académico se resintió, me presentaba a las evaluaciones, pero sólo a hacer acto de presencia, no contestaba los exámenes, no porque no quería, simplemente no tenía idea. Me llamaron a junta disciplinaria al poco tiempo, los académicos decidieron revocar la beca, era una decepción para la escuela, la Universidad, y para mi madre. Sin beca no había otra alternativa, tenía que abandonar mi ...