1. Día de Playa


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Incesto Autor: laertes, Fuente: RelatosEróticos

    Era mediados de Agosto y como siempre en aquella época mi hermana y yo pasábamos las tardes en la playa, desde que amanecía hasta que caía el sol. Mis padres preferían estar sólo un rato y luego perderse por el pueblo con sus amigos. Supongo que para ellos arena, sal y niños gritones durante doce horas eran demasiado.
    
    Rebeca, Rebe, o la peque, como la llamábamos todos, era una niña traviesa y muy vivaz para su edad. Algo flacucha y con el pelo moreno cortado en media melena, no le gustaba estar quieta y hacía amigos con facilidad, aunque se lo pasaba igual de bien saltando, corriendo y zambulléndose cerca de la orilla, a su aire. A cualquier otro le habría fastidiado un poco tener que matar el tiempo cuidando de una mocosa, pero aquel año yo no estaba de humor para ir con el grupo de siempre -el motivo era una chica, cómo no- y la playa era una buena alternativa.
    
    El plan era siempre muy parecido: jugaba un poco con Rebe, paseaba de aquí para allá sin perderla de vista, cogía un libro, lo dejaba, echaba un ojo a algún bikini especialmente sugerente... . Al mediodía subíamos al chiringuito a picar algo o sacaba las tarteras con comida que nos preparaba mi madre, y se repetían los juegos y las zambullidas hasta última hora de la tarde. La mitad del tiempo tenía la cabeza en otra parte, pero mi hermanita no era tonta y se dedicaba a llamar mi atención tirándome arena cuando hacíamos castillos, agarrándome de un pie para arrastrarme al agua o tratando de alcanzarme con ...
    ... alguna pelota prestada.
    
    Un día regresamos a casa y mis padres no habían llegado todavía. Rebe subió las escaleras a trompicones, tirando la cesta de la playa por el suelo.
    
    - ¡Yo prime! - gritó.
    
    - ¡Rebe, no llenes todo de arena! - la reñí -. Voy a hacer algo de cenar, ¿tienes hambre?
    
    - ¡Si! - la oí gritar arriba, con el agua de la bañera ya corriendo.
    
    Saqué pan de molde y lo que encontré en el frigorífico. En el armario quedaba un bote de Nocilla a medio terminar, lo abrí y metí el dedo, lo chupé y me supo a gloria. Iba a repetir cuando escuché una voz a mi espalda.
    
    - ¡Yo también quiero! - mi hermanita estaba desnuda en la puerta de la cocina. Se acercó y se puso de puntillas, con la boca abierta y sacando la lengua.
    
    Riéndome le acerqué el dedo con Nocilla y ella lo chupó con deleite. Sus pequeños labios no dejaron ni una pizca sobre mi piel y mucho despues su lengua todavía buscaba algo más, de una forma perturbadoramente sensual. Sin darme cuenta una erección empezó a marcarse en mi bañador. Me sonrojé y por primera vez miré a Rebe con ojos diferentes.
    
    Estaba muy guapa con su piel sonrosada y las marcas del bañador más pálidas delineando su cuerpo. Otras niñas de su edad no tenían pudor en estar en la playa sólo con la parte de abajo del bikini, pero Rebe era extrañamente pudorosa y prefería el de una pieza. Sus pechos eran pequeños y redondos, con pezones como botoncitos sonrosados. Si con sus años ya tenían esa forma tan bonita, no quería pensar cómo ...
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