1. Día de Playa


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Incesto Autor: laertes, Fuente: RelatosEróticos

    ... señalando mi pene. Lo decía sin malicia, y yo tenía muchas opciones para contestar. Opté por la más sincera posible.
    
    - Pues... cuando a un chico le gusta una chica, le pasa eso - dije, sin creer lo que salía de mis labios.
    
    - Ah. ¿Y yo te gusto? - ¿Fue mi imaginación o tenía los ojos especialmente brillantes?
    
    - Si, es que eres muy guapa.
    
    Rió y se giró, poniéndose colorada. Pensé que había salido del paso con bastante dignidad, y no le había dicho ninguna mentira.
    
    - ¿La puedo tocar? - dijo, volviéndose de nuevo hacia mi. No iba a escaparme tan fácilmente.
    
    - Bueno, pero sólo un momento - respondí.
    
    Rebe alargó la mano y cogió mi pene por la mitad, echándolo hacia atrás como me había visto hacer a mi. La cabeza roja del glande quedó al descubierto. Acomodó la mano un par de veces, como haciéndose al tacto, y repitió el movimiento, lo que me hizo temblar.
    
    - Está suave - dijo. ¿Esto es como cuando te tocas por la noche?
    
    Me quedé helado. Pensaba que nadie me había visto masturbarme en mi habitación, pero estaba claro que Rebe si. Solía bajar algún vídeo de Internet o poner una película. Podría haber sido entonces. O peor, quizá me había visto usar la webcam con mi ex. Pero por algún motivo no había dicho nada a mis padres, quizá intuyendo que era algo secreto.
    
    - Si, es parecido - le respondí. ¿Cuándo me has visto?
    
    - Una vez me escondí en el armario para darte un susto y te vi. Pero tú lo haces más rápido ¿me lo enseñas?
    
    Tragué saliva y miré a mi ...
    ... hermanita, inclinada sobre mi pene, mirándome con sus ojos grandes.
    
    - ¿Lo quieres ver?
    
    - Sisisisi - respondió sonriendo, y se sentó en la bañera.
    
    Yo me senté en el borde y me coloqué de manera que pudiese verme bien. Sujeté mi pene y lo acaricié lentamente, dejando que mi mano recorriese toda su extensión y descubriese el capullo al completo en cada pasada. Rebe me miraba hipnotizada, supongo que sin saber muy bien lo que estaba presenciando.
    
    - Pones una cara rara - dijo.
    
    - Eso es porque me gusta hacerlo - contesté. Y más si tú me miras.
    
    - ¿Mancharás al final, como aquella vez? - soltó de repente.
    
    Así que había visto cómo me corría y se lo había callado. Empezaba a entender el motivo, estaba intrigada por eso que hacía su hermano pero no se atrevía a preguntar. A saber desde cuándo guardaba silencio.
    
    - Si, al final siempre se mancha. ¿Eso también lo quieres ver?
    
    - ¡Si! - respondió sin dudar.
    
    El agua se había aclarado y podía ver sus pechos y sus pezones duros, que quedaban al aire con cada uno de nuestros movimientos. No podía ver mucho más, pero el color de sus mejillas y sus labios entreabiertos disparaban mi imaginación. Quizá esos movimientos de sus piernas eran algo más que acomodarse en la bañera, y estaba empezando a notar un calor diferente en su interior. Imaginar a mi hermanita mojándose al ver cómo me masturbaba me excitó de forma increíble.
    
    Aceleré el ritmo y Rebe abrió aún más los ojos. Parecía que no sabía dónde poner sus manos, ...