1. Tres relatos de sexo (Segunda vuelta)


    Fecha: 25/08/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... Mario.
    
    —Diecinueve. —Dijo ella. Se encontraba todavía al lado de Mario. Parecía que ese hombre tenía una especie de fuerza magnética, y ella no se sentía con la libertad de alejarse, salvo que él se lo permitiese.
    
    —Diecinueve añitos. Repitió Mario.— Así que hasta hace poco estabas en la escuela. Sos una criatura. —Y luego dirigiéndose a Gonzalo, dijo en tono de broma.— Así que sos un roba cuna eh.
    
    Los dos hombres que estaban detrás de Mario, y ahora también detrás de ella, rieron, en una suerte de coro condescendiente.
    
    —Y decime Mica. —siguió diciendo.— ¿ibas a escuela privada?
    
    —Sí. —dijo ella, escuetamente.
    
    —Entonces usabas jumper…
    
    —Sí. —Respondió ella, sin entender a dónde quería llegar.
    
    —No sabés cómo me gusta cogerme a pendejas con jumper. —dijo Mario. Micaela abrió grande los ojos. No esperaba ese comentario. Vio a su novio, que seguía mudo, no parecía otra cosa que una sombra.— en serio te digo. No hay cosa más sexy que una chica con su uniforme de colegiala. —la miró a los ojos. Ella estaba petrificada, pero la mirada lasciva de Mario le hizo sentir un hormigueo en la entrepierna.— Igual no te creas que me cojo a menores de edad eh. No, eso es para quilombos. Pero me gusta que mis putitas se vistan de colegialas. Eso sí, nada de lencería erótica eh. Esas ropas terminan siendo todas iguales. Sabés de qué te estoy hablando ¿no? que disfraz de enfermerita, disfraz de policía, disfraz de colegiala… no, no, no, a mi me gusta el uniforme de verdad. ...
    ... ¿Vos tenés todavía tu uniforme de la secundaria?
    
    —No. —Dijo Micaela, tragando saliva.
    
    —Qué lástima. —Dijo Mario, y poniéndose de nuevo serio preguntó.— Mica ¿sabés por qué estamos acá?
    
    —Ella no sabe nada… —balbuceó Gonzalo.
    
    —¡Vos callate la boca! —Estalló Mario. Su voz retumbó en toda la cocina. Pero enseguida recobró la calma.— Tu novio nos debe plata.
    
    —¿Plata? —Preguntó ella.
    
    —Sí. Te explico. Yo le vendo merca a él y una vez que Gonzalito la vende, me da lo que me tiene que dar. Pero ahora dice que no tiene nada.
    
    —¿Qué? —preguntó Micaela. Era demasiada información toda junta.— ¿Sos dealer Gonzalo?
    
    Pero el novio había quedado totalmente mudo después del grito de Mario. Era evidente que le tenía pavor.
    
    —Sí, nos debe plata. Y de una forma u otra, hoy se la voy a cobrar. ¿Se te ocurre una manera de ayudar a tu novio a pagarme Mica?
    
    Ella no dijo nada. Estaba totalmente decepcionada. Gonzalo siempre fue un chico normal. Bueno, y cariñoso. Quizá un poco vago, pero ese era su único defecto. Al menos el único que ella conocía pero ahora se enteraba que era un delincuente, y encima, de los peores: un dealer.
    
    De repente sintió unos dedos deslizarse por sus piernas. Miró a Mario, que se humedecía los labios con la lengua mientras metía su mano, que subía lentamente hasta meterse por debajo de su pollera.
    
    —Qué lindo culito tiene tu novia. —dijo Mario, mientras, con las yemas de los dedos frotaba suavemente las nalgas de Micaela.
    
    Gonzalo vio la escena ...
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