1. Novia, tía y madre. Todas para mí (Parte 1)


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... su sobrina, ahora ella está en la misma, siente el rigor de la verga que le abre espacio y placer en esa conchita que tuvo que esperar tantos días para sentir nuevamente un hombre dentro. Le exprimía los pechos mientras bombeo con el énfasis puesto en hacerla sentir bien puta.
    
    - Cómo va mi putita?
    
    - Bien, bien… bien cogida, con esta poronga, divina estoy. Cógeme!!
    
    Mamarla y meterle pija fue el monólogo de mi calentura, cuando hablan los sentidos, cuando se expresan los deseos que cada uno va rumiando en sus propias fantasías. La calentura la invade, sus gestos indican que está cercana. No sería justo después de tanto tiempo sin carne, que el gusto sea tan breve, ralentizo la penetración, una fuerte apretada de los pechos y chupada la quitan del objetivo. La pongo encima, quiero verla moverse, el show que me ofreció fue una maravilla de técnica y movimiento, evoluciona, sube, baja, gira, se estruja los pechos, aprieta los pezones, frota el clítoris, todos los ítem de una mujer cuando la estremece la vibración de la lujuria en grado de excitación erótica en su máxima expresión.
    
    Detener el proceso de acosarla hasta llevarla al límite fue una delicia, cortar el encendido de la turbina de placer fue un acto eróticamente sádico, sacársela y cortarle la inspiración al orgasmo, cambiar el escenario, montarla sobre mi cuerpo, acomodar su sexo para enterrarse la verga hasta el fondo de su vagina, fue un delicioso momento, ver y sentirla comenzar a ser artífice de su propia ...
    ... excitación es algo que todos los hombres disfrutamos de ver.
    
    Apoyó las palmas de sus manos en mi pecho, comenzó el balanceo de sus caderas, acomodando el miembro a su gusto. El subibaja de la verga la llena de carne turgente, colma de placer, que acrecienta moviéndose con más vehemencia. La espalda erguida, los pechos basculando en cada evolución de su cuerpo. Nuevamente la ansiedad de sentir la excitación a pleno la pierde, la mano izquierda apretando el pecho, estrujando el pezón, la otra metiendo un dedo dentro de la vagina y frotándose el clítoris, expresan ansiedad y descontrol, el hormigueo propio de estar acercándose al momento de gloria.
    
    Me gusta, la disfruto, coloqué mis manos bajo mis nalgas para ayudar a impulsarme, elevando la pelvis con ella encima, al máximo, para dejarla caer ensartada en la pija. Sujetarla de las caderas, ayudando a elevarse y jalando fuerte en el descenso. Los golpes de pija se suceden, aumenta la excitación, los temblores propios de su calentura se multiplican, no puedo controlarla, ella domina sus propios impulsos, la ansiedad y la urgencia de llegar al orgasmo alteran sus reacciones.
    
    Un gemido ahogado la paraliza, se pone tensa como una cuerda de violín, se mueve con cierta violencia, agitándose durante unos instantes, otra vez esa parálisis total, hasta sin respirar, otro intento por retomar el movimiento y nuevamente ese ahogo y la detención a cero de los movimientos.
    
    Un suspiro venido desde el fondo de los tiempos, los ojos ...
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