1. Novia, tía y madre. Todas para mí (Parte 1)


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... espejo de cuerpo entero ubicado en la esquina del cuarto me devuelve la visión frontal de la tía, evolucionando con la pija bien entrada, navegando en las tumultuosas aguas de un orgasmo en progreso, estrujándose las tetas y metiendo los dedos entre la mata de vellos negros, frotándose, agitada y boqueando aire para poder seguir. Mi dedo índice ahora con el mayor hace presencia en el ano, entrando y girando, haciendo espacio para el deseo de penetrarle “el marrón”. La creciente ansiedad se concreta en las contracciones de sus labios, apretando y enterrándola hasta el mango en la vagina.
    
    Echó la espalda hacia atrás, rígida, tensa para aguantar la primera oleada del orgasmo, afloja y vuelve a inclinarse sobre mis piernas, el segundo y tal vez un tercero, largos y tensos fue la válvula de escape de su deseo ofrendado al macho.
    
    Aunque viaja sola en sus placeres no es ajena a las andanzas del “sobrino” en su ano, se deja estar con los dedos dentro. Giró con una sonrisa cómplice, diría que permisiva, por eso me apreté fuertemente a sus pechos, exprimiendo su esencia y apretándola contra mí.
    
    Sin hablar, me salí de debajo de ella, dejándola que vea reflejada en el espejo, tomada de la pelvis la elevo para que me ofrezca un mejor ángulo, con la pija en mano, ensalivando el hoyo, voy a ponérsela en la puertita. Llevo sus manos a las nalgas, que las separe para poder ver como se la voy apoyando, empujando, entrando despacio, aceptando el pedido de tiempo para hacerle ...
    ... lugar en su ano y en procesar el dolor producido por la desarmonía de tamaños.
    
    - Ahhh, sí, despacio, es gorda, muy. Hace años que no está en uso, poco uso y con una carne más delgada. Esa cosa es gorda, por eso Ani se quejaba la otra noche.
    
    No hubo respuesta, solo seguía tratando de que no grite, que se la aguante, por eso con paciencia y saliva se la fui entrando. En el momento que volqué todo mi cuerpo sobre el de ella, solo tuvo un gemido ahogado por la sorpresa y por el dolor de la apertura del ano, esperar que la ola de latidos por la dilatación cedan espacio para comenzar a empujar en su recto.
    
    Montarla en el empuje final derrumbó la débil resistencia de sus rodillas, una almohada eleva el culito para tenerlo en comodidad de movimiento.
    
    Volcada sobre su espalda, bien acomodado, cubriendo su cuerpo las manos abrazándola, comienza el rítmico balanceo de mis caderas, empujando con variedad de cadencia en el empuje, variando velocidad y profundidad. La calentura acentúa la potencia de la penetración, los brazos por debajo de sus axilas hasta tomarme de los hombros con las palmas hacia arriba permiten el agarre perfecto, en consonancia con la postura puedo ejercitar esa potencia que la calentura exige. – Para!!! Me abres mucho. Me llegas al alma!!
    
    Realmente lo sentía de ese modo, lo gozaba de un modo excepcional. En ese momento de máxima, pasaron por mi pensamiento las fantasías que me hice pensando si tuviera el culo de la tía. Ahora lo tengo, estoy dentro, ...
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