1. Desafío de galaxias (capitulo 23)


    Fecha: 28/08/2018, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... señalando con el dedo a Oriyan, añadió—. ¡Y tú a callar!
    
    —Si mi señora.
    
    —Solo una cosa más, —Marisol habló con calma, mirando detenidamente a todos los asistentes—. El general Clinio, no solo es el jefe del ejército, es uno de mis máximos colaboradores y además es mi amigo. Se acabaron las habladurías, los cotilleos, y los chismorreos; y es su obligación, de todos ustedes, atajarlo. ¿He hablado claro?
    
    Todos asintieron y la reunión se dio por concluida.
    
    Terminada la reunión, Clinio y Marisol por fin estuvieron solos.
    
    —Gracias Marisol, tu visita les ha venido bien a los chicos.
    
    —¿Y a ti?
    
    —También, también…, a mí también. Veo que ya te han llegado las habladurías.
    
    —Si, y lo que más me cabrea, es que toda está mierda se ha iniciado en el Fénix. ¡Como pille al que…!
    
    —No hagas nada Marisol, no hay un culpable. Esto ha sido una bola que ha ido creciendo dando vueltas, y además, no es mentira lo que dicen, yo te propuse salvar la flota y abandonar al ejército.
    
    —Y con la lógica en la mano, cualquiera en su sano juicio lo hubiera hecho, —dijo Marisol sonriendo.
    
    —Por fortuna, la lógica y tú os dais de hostias.
    
    —Que te quede claro…, a ti, y a todos, —afirmó Marisol cogiéndole de la mano— tú comenzaste está batalla, y tú la finalizaras.
    
    —Gracias mi señora, —contestó Clinio besándola la mano.
    
    —No seas capullo, yo no soy tu señora, soy tu amiga.
    
    Mientras tanto, en Rulas 3, el general Opx había dispuesto su ejército, de tal manera, que podía ...
    ... responder a un ataque, o embarcar a sus fuerzas si fuera necesario. Como cada día, de madrugada, había salido a correr sus diez kilómetros habituales, pero esa mañana había cambiado el recorrido. Cuando salía, divisó una figura familiar que también corría, y sin pensarlo decidió seguirle. Mientras le alcanzaba, por su mente pasaron tantos meses de mirarlo de soslayo, de “espiarlo” de reojo cuando coincidian en las duchas. Su periodo de confusión, tantos años de monasterio y abstinencia, tantas mujeres guapas a su alrededor y cuando se fija en alguien es un tío. Durante esos meses luchó contra sus sentimientos: meditó, oró, se machacó estoicamente en el gimnasio, pero al final, decidió mandar todo a la mierda. Había notado “ciertas” miradas alentadoras por su parte y decidió tirarse a la piscina, y es que, sin ninguna duda, el capitán Leinex era guapo, y desde el punto de vista de Opx, muy atractivo. Lo que más le animo a dar el paso había sido la relación de Marisol y Anahis, que no ocultaban a nadie. Pero Leinex era de Numbar, la capital espiritual de la galaxia, y allí, ciertas cosas eran, como mínimo, complicadas. A la legendaria Matilda, abiertamente homosexual y de Numbar, se la permitió porque era guerrero del Consejo de los Cinco, durante muchos años la única, y los monjes prefirieron mirar hacia otro lado.
    
    —Buenos días Leinex, —saludó cuando llegó a su altura.
    
    —¡Oh! Buenos días, mi señor, —contestó Leinex quitándose los auriculares de los oídos.
    
    —¿Te importa que ...
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