1. Desafío de galaxias (capitulo 23)


    Fecha: 28/08/2018, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... corramos juntos?
    
    —Por supuesto que no, mi señor, —respondió— es un honor.
    
    —Por favor, no me llames señor, no estamos en el cuartel. Llámame Opx.
    
    —Como desee, mi… Opx.
    
    —Y tutéame.
    
    —Como quieras, —contestó con una sonrisa.
    
    —Estamos juntos desde Faralia, desde el “Cerro de la Muerte” y nunca hemos hablado fuera de servicio. No se nada de ti.
    
    —¿Y que quieres saber de mí? —preguntó con cierto tonillo… coqueto, a pesar de que estaban corriendo y sudando.
    
    —¡No sé tio! No se trata de un interrogatorio, —contestó Opx con una sonrisa— pero en principio me interesa… todo de ti.
    
    —Me agrada el interés que despierto en ti: yo también estoy interesado en ti, pero…
    
    —¿Pero?
    
    —Tú eres el general más prestigioso del ejército, después de la general Martín, por supuesto. Tal vez nuestra “amistad” no se entienda bien en algunos sectores y te perjudique.
    
    —Yo seguiré estando donde estoy, mientras mi señora quiera y confíe en mí; los demás y sus habladurías, me la suda, —la expresión arrancó una sonrisa en Leinex.
    
    Mientras hablaban seguían corriendo y comenzaron a subir la dura cuesta de un cerro próximo. Con el esfuerzo de la subida no hablaron hasta que llegaron arriba, momento en el que pararon y se sentaron en una piedra a descansar.
    
    —Supongo que para ti, las cosas no serán fáciles en Numbar, —dijo Opx acariciando levemente el muslo de Leinex.
    
    —Nada de que preocuparse, —respondió poniendo su mano sobre la de Opx— estoy acostumbrado. Allí, en mi barrio, ...
    ... se me tenía por un tío demasiado… fino.
    
    —¿En qué sentido? —preguntó extrañado—. Yo te veo muy varonil.
    
    —Y sin duda lo soy, —respondió, y cogiéndole la mano, se introdujo uno de los dedos en la boca mientras le miraba fijamente. El gesto de Leinex provoco en Opx una erección instantánea, absolutamente evidente a causa de la malla corta—. Disculpa, ha sido una prueba, tenía que estar seguro de que mi deseo por ti no me estuviera nublando la mente.
    
    —Tranquilo, lo entiendo, yo también estaba a punto de hacer algo…, aunque no se me ocurría nada, —los dos rieron.
    
    —No, en serio. En Numbar, o te metes en el rollo místico, o te dedicas a los deportes, que allí despiertan pasiones. La gente está ligeramente embrutecida por ello, y los monjes campan a sus anchas imponiendo su forma de pensar. Los tíos, como yo, y tías también por supuesto, que tenemos inquietudes culturales somos vistos como bichos raros; y no te quiero contar si además tus preferencias sexuales son… diferentes.
    
    —¿Pero en Konark…?
    
    —Konark es Konark y Numbar es Numbar. Conozco a la reverenda madre, y no tiene nada que ver con los putos monjes de Numbar, —y después de una pausa, añadió—. Disculpa Opx, me disparo y hablo más de la cuenta, he olvidado que eres monje.
    
    —Tranquilo Leinex, ya no sé ni lo que soy. Lo que me sorprende, es con la facilidad con que los dos estamos hablando de este tema. Esperaba algo más… embarazoso, por decirlo de alguna manera.
    
    —Es posible que sea porque los dos queremos ...
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