1. UNA LINDA HISTORIA 5


    Fecha: 28/08/2018, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... que no dejan de tironear, consiguen algo. Maby, quien se ha corrido otra vez con la enculada, se lame los labios, mirando como bota Pam. Tiene los ojos entornados. Seguro que se acerca otro goce. ― Tócate el coño, tonta – musita a mi hermana. – Aprovecha ese dedo… ― Y tú… córrete otra vez, putón – sonríe mi hermana, aferrando un pezón de Maby con dos dedos, mientras que su otra mano se pierde en su propio coño. No sé como lo consiguen, pero las dos empiezan a agitarse y a suspirar con fuerza. Yo también estoy a punto. Pego un par de puntadas más, profundas, secas, y descargo casi en el útero de Maby, quien encadena otro orgasmo al sentir el semen en su interior. Por su parte, Pam ha levantado su pie izquierdo y me lo ha metido en la boca. Chupo esos deditos pintados mientras aumento la presión de mi dedo en su ano. Se retuerce prácticamente bajo tantos dedos, los suyos y el mío. Acabar arqueándose, formando un puente en la cama, espalda alzada, y piernas dobladas, sucumbiendo. Me dejo caer de bruces, de través en la gran cama. Ellas ruedan hasta abrazarse a mi amplia espalda. Las oigo jadear, exhaustas. Besan mis hombros, mis omoplatos, soban mis glúteos, agradecidas, felices. ― Duérmete, campeón – susurra Pamela, soplando sobre mi oreja. ― Si… descansa… te lo has ganado – murmura Maby por el otro oído, lamiéndolo. Buen trabajo, Sergio. Serás un digno sucesor… Me despierta una suave y húmeda esponja. Pam y maby están arrodilladas en la cama, desnudas, manejando unas ...
    ... esponjas, que mojan en un barreño lleno de agua tibia y jabonosa. ― Ssshhh… no te muevas. Te estamos lavando. No queríamos despertarte para ir a la ducha – me dice Pam, con una maravillosa sonrisa. ― Que buenas que sois – respondo, frotándome los ojos. ― No te creas. Te estamos aseando para enviarte al pueblo. Queremos comer – se ríe Maby. ― Zorras… ― Sip – asiente Pam. Le toca el turno a mi miembro de recibir el roce de las esponjas. ― ¿Pollo? – pregunto. ― Con muchas patatas, por favor – contesta Maby. ― Sus deseos serán cumplidos, mes dames – digo, levantándome. ― Mientras, cambiaremos las sábanas y pondremos la mesa – me informa Pam mientras me visto. Mientras conduzco, pienso en lo diferente que se ve la vida cuando uno tiene a alguien que le espera, que comparte. Bueno, en este caso, dos. Todo parece nuevo para mí. La esquina de una calle, el césped de un parquecillo, la forma de una nube… Bueno, ya sabéis, todas esas cosas que dicen los poemas de los enamorados… ¡Pues claro que estoy enamorado! ¡Como para no estarlo! ¿Es que vosotros habéis conseguido algo mejor que unas chicas como ellas? Ya me parecía a mí… Cuando regreso. La mesa está puesta y las chicas han reavivado la estufa de la cocina. Están desnudas, sin ningún pudor, pero Pam no tiene cara de felicidad. En ese momento, un móvil suena. Un mensaje. ― El número dieciséis – comenta Maby, mirando de reojo el móvil que está en el alfeizar de la ventana. – La bronca tuvo que ser gorda, ¿no? ― Eric – responde Pam a la muda ...
«12...456...17»