De Campamento III (jugando conmigo)
Fecha: 04/09/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... en ese momento ya estaba lubricando mi pene con abundante precúm. Una vez posee mis nalgas en un posesivo apretón, acerca su cuerpo más al mío y llevando su lengua a una zona en mí tan erógena como mi oreja, al rodearla me dice en un todo más que erótico, pornográfico. - ¿Alguna objeción pequeño? - UHMMMMMMMMMMMMM! (gimo yo, descomponiendo mi gesto en una cara de angustia producto de la tortura que desde hace un momento voy recibiendo, y luego el prosigue). - Tal y como lo imagine, no tienes ninguna objeción, ¿sabes por qué?, porque te encanta como juego contigo, y te uso para satisfacer mi morbo, para sacar placer de ti para el disfrute de los dos, te excita mi posesión sobre ti, eso ya me lo has dejado en evidencia. Yo en mi mente no hago más que maldecir la hora en que lo conocí, y lamentar que el muy maldito tuviera tanta razón en lo que decía. - Ahora, que empiece el juego pequeño. Suelta mis nalgas y suavemente sin separar sus manos de mi cuerpo las lleva a mi pubis y de ahí a mi prominente y húmeda erección. Luego de hacerme que lo maldiga 3 veces más en mi cabeza por lo que me hacía sentir, baja más sus manos en dirección a mi entrepierna, y colocando una mano a cada lado de mi erección como si desde ahí quisiera llegar a mi entrada, aprovecha para intensificar mi tortura sexual cuando desde ahí empieza a masajear mi perineo mientras acerca su latente erección a mi desde atrás. Yo estoy que apenas logro respirar. Él lo percibe y eso lo llena, su ego con eso se ...
... alimenta. En un momento empieza a rozar su gran herramienta entre mis nalgas quedando solo las telas de nuestros pantalones y bóxeres entre nosotros. - Ahora veamos. A ver si fue un niño bueno y sabio mi pequeño, o si fue malo y ganara castigo. - Si recuerdas que te indique venir sin ropa interior, ¿cierto pequeño? Eso dice el antes de morder mi oreja calentándome aún más, y yo vuelvo a maldecir en mis adentros, y lamentar no haber recordado eso antes de salir de casa. Me saca las manos del entre piernas y me empieza a desabotonar el pantalón estando yo aun con las piernas separadas, frente a la pared, como sospechoso en revisión policíaca. Cuando me desabrocha y deja caer mi pantalón, separa su cuerpo un poco del mío para visualizar que haya cumplido su requerimiento y cuando mira para confirmarlo dice: - Tal y como lo sospeche pequeño. Tal y como lo sospeche. - Me imagine que no cumplirías, porque prefieres ser un pequeño travieso y hacer lo que mejor te parezca antes que cumplir mis órdenes… ¿cierto? Yo voy a irrumpir en su monologo para explicarle que no es como el cree, pero él me lo impide y disfrutando al máximo de mi cara de preocupación por lo que me espera dice: - No no no no no pequeño, nada de excusas, mis órdenes fueron claras y no las cumpliste, se me hace imposible enfadarme con alguien tan dulce, de eso no debes preocuparte, pero, aunque no esté enojado debo decirte que tu castigo lo tendrás por travieso. - Pe pe pero…. - No no, sin peros pequeño, tuviste tu ...