1. El sexo con mi padre es lo mas


    Fecha: 08/09/2018, Categorías: Incesto Autor: erde, Fuente: CuentoRelatos

    María tenía 24 años. Ya había tenido varios novios, como todas las chicas de su edad. Había tenido muchas relaciones sexuales, como todo el mundo, algunas muy satisfactorias, otras no tanto, pero la verdad es que ella sentía para sus adentros que le faltaba algo. Un día hablando con su mejor amiga del tema, esta le dijo que si quería probar algo nuevo, que había un lugar donde podía disfrutar de cualquier cosa. Su amiga le dijo que ella había estado un par de veces, y que además de disfrutar plenamente de sexo, de cualquier sexo, les pagaban a las chicas. María le dijo que eso era un puticlub. Su amiga le dijo que no, que era una casa distinta, tu elijas lo que querías y venían clientas a hacerlo, que las chicas llevaban mascaras para no ser reconocidas y como mucho podías estar tres veces, no más.
    
    María paso varios días pensando en eso y al final decidió acompañar a su amiga. Ya en la casa, su amiga pidió la sala lésbica, cosa que sorprendió mucho a María, ella después de sopesar todas las opciones que había, se inclino por una en la que ella estaría atada y se sometería a un hombre, pero sin sado.
    
    La llevaron hasta la sala, la desnudaron completamente y le ataron las manos al techo. Su cuerpo quedo solo cubierto con una máscara de carnaval estilo veneciano que cubría su rostro, quedando todo su cuerpo desnudo a merced de quien entrara por la puerta.
    
    La luz era tenue, más bien casi oscura, a excepto donde se encontraba ella. la puerta se abrió, Marie vio la ...
    ... silueta de un hombre a contraluz, un hombre que tras unos segundo de contemplarla se aproximó a ella, quedando casi a su lado. María lo observó tranquilamente bajo el secreto de su identidad que la máscara ofrecía.
    
    El hombre llevaba un batín y una máscara muy parecida a la suya. Ella se sentía un poco excitada por su situación, pero también algo preocupada por lo que aquel extraño disidiera hacer. El hombre puso sus manos en la cintura de ella. Las tenias calientes y suaves. Acaricio su cintura, deslizo sus manos por ella hasta sus piernas acaricio suavemente con las yemas de sus dedos un tatuaje que María tenía en su monte de venus, una mariposa encima de una flor, tatuaje que se veía gracias a que ella estaba totalmente depilada. Luego volviendo a subirlas hasta sus hombros. A María empezó a gustarle cada vez más esas caricias. Luego sus manos se posaron en sus pechos, acariciándolos con suavidad. Los pezones de María se pusieron duros al momento. El hombre pasó un par de veces sus dos manos en ambos pechos y luego sus dedos acariciaron sus pezones. Maria gimió ante esas caricias, ya no estaba preocupada, ahora quería sentir, quería disfrutar de aquel extraño. El hombre puso su cabeza al lado de sus pechos medianos, sus labios rozaron sus pezones, Maria gimió más fuerte. La lengua salió para hacer parias pasadas en un pezón y dirigirse al otro. A ella en esos momentos le hubiera gustado tener las manos libres, le hubiera gustado coger la cabeza de ese hombre y aplastarla más ...
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