1. Historia anónima


    Fecha: 09/09/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Duoaduo, Fuente: CuentoRelatos

    ... la mitad, luego todo lo que pudo del miembro en su boca. Lo lamió por fuera y lo chupó haciendo desaparecer todo el líquido que lo había cubierto, dejando a su paso el brillo de la saliva que lo limpiaba.
    
    Subió y bajó su cabeza varias veces con el pene dentro, acompañando su mano en la subida y en la bajada, masturbándole, sacaba el pene de su boca para jugar con la lengua en el prepucio, lamiéndolo en la punta y pasando su lengua por todo su contorno. Tenía el pelo revuelto, sus rizos caían sobre las piernas y el pene de Chicogranada, él se lo recogió mirándome, para que así pudiese verla claramente hacerle una felación, Ana tenía los ojos cerrados.
    
    Estuvo masturbándole y lamiendo su pene durante un buen rato, se lo introducía casi entero algunas veces, pero no paraba nunca de mover su mano arriba y abajo. Le llevó unos minutos endurecerle el miembro otra vez, pero lo consiguió orgullosa. Continuó en su afán, poniendo cada vez más empeño, sabía que contaba con la aprobación del chico, que le estaba gustando y lo estaba disfrutando. Él la animó, con algún gemido y con alguna palabra, para continuase en su acción y ella se esmeró hasta que levantó la cara y sus labios del pene, mientras su mano seguía con los movimientos frenéticos hasta que en un momento dado vio manar de la punta del glande el líquido blanco que le indicaba que Chicogranada había vuelto a correrse, para ella y por ella.
    
    Ana lo miró sonriendo, él con cara de circunstancia volvió a indicarle con su ...
    ... mano en su cabeza que se inclinase para que absorbiese y tragase su semen. Ana sonrió, se agachó sacando la lengua para absorber y saborear su semen, seguidamente se introdujo casi todo el pene en la boca limpiándolo. Cuando levantó la cabeza, tenía un hilo de semen en la comisura de los labios. Chicogranada sonrió y la beso suavemente agradeciéndole su gran trabajo y el placer que le había ocasionado.
    
    Se levantaron ambos de la cama y mientras que Chicogranada no paraba de alabar la noche y de elogiar a Ana, por su cuerpo, por su morbo, por sus ganas, por su clase y por una infinidad de detalles que salían de su boca, ella fue a ponerse una camisa que había en el butacón y revolvió algo en uno de los cajones de enfrente, sonriendo se fue al servicio a enjuagarse la boca y lavarse un poco.
    
    A una indicación mía Chicogranada se comenzó a vestir, para irse. No recuerdo la hora, ni el tiempo que llevábamos allí reunidos.
    
    Ana una vez que salió del cuarto de baño, se aproximó a la cama donde dejándose caer se medio tumbó, solo llevaba la camisa, su collar y un tanga blanco que se había puesto. Se quedó mirando a Chicogranada, viendo como terminaba de ponerse los zapatos y de abrochar lo que quedaba de su vestimenta.
    
    Cuando estuvo casi vestido, él se acercó a la cama, se agachó para besarla en la boca y poner una mano en su pecho desnudo, ella le correspondió con un beso largo y cálido. La mano del chico se perdió en el interior de la camisa abierta, acariciando un pecho y ...