1. Historia anónima


    Fecha: 09/09/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Duoaduo, Fuente: CuentoRelatos

    ... acelerarse el chico un poco más en la silla del restaurante, revolviéndose al parecer, nervioso por el deseo.
    
    Centrándose ya solamente en ella y obviando en parte mi presencia la siguió cercando poco a poco, intuía que no faltaba mucho para que cayese en su red. ¿Por cierto, puedo preguntarte algo íntimo?, Ana no puso objeción, quería saber el color de su ropa interior, de la ropa interior que llevaba en ese mismo momento, allí en el restaurante.
    
    Ana se sonrojó por unos segundos, pero echándole valor al momento se enrocó un poco más y animó al chico para que dijese un color, parar ver si acertaba. Entre medias sonrisas y el juego de seducción que se traían yo solo podía meter baza animando a uno o a la otra a dar el siguiente paso.
    
    Chicogranada dijo que era difícil y que, aunque ella llevaba una camisa muy bonita y un escote aceptable no había visto nada más que su collar de perlas, pero siguiendo el juego y por decir un color, dijo el negro.
    
    En esos momentos, tuve que esforzarme en recordar la ropa interior que llevaba, pero caí en la cuenta de que para ir a cenar no había escogido nada diferente de lo que se había puesto en un principio.
    
    Ana con media sonrisa negó con la cabeza, Chicogranada le pidió un poco de ayuda y que a modo de pista se desabrochase, durante unos momentos, un botón más de la camisa de forma disimulada, puesto que allí estábamos pasando desapercibidos a los ojos de todos y para mayor tranquilidad ella estaba sentada con la pared a su ...
    ... espalda, por lo que nadie se la acercaría sin que lo viese.
    
    Ella aceptó el juego y desabrochó otro botón de su camisa azul marino, por la situación en la que yo me encontraba no veía nada de nada y me puse más nervioso aún. Ana hizo un movimiento como para colocarse el cuello de la camisa y ahuecarla un poco, echándose hacia delante y apoyando sus brazos en la mesa, mirando fijamente a Chicogranada, solo pude intuir que dejaba a su vista el canalillo de sus pechos, mostrándole parte de su pecho derecho y el sujetador que lo guardaba.
    
    Chicogranada fijó su vista en el pecho de mi mujer y una sonrisa comenzó a dibujarse en su cara, comprobó que llevaba el conjunto azul marino que tan bien le queda. Sin pensárselo dos veces Chicogranada se aproximó a su cara y le susurró algo al oído, después la beso en la oreja suave y furtivamente, Ana se estremeció un poco, se le puso la piel de gallina mientras que yo comenzaba a tener una erección considerable.
    
    Llamé al camarero y pagué la cuenta, Chicogranada aportó unas monedas para la propina y nos levantamos de la mesa para marcharnos, Ana se retrasó unos segundos guardando alguna pertenencia en su bolso y Chicogranada permaneció de pie, allí a su lado, esperando a que terminase y se levantara, le apartó la silla, la ayudó a ponerse la cazadora ofreciéndole después la mano para guiarla.
    
    Cuando atravesé el restaurante y llegué a la puerta esperé a que llegasen, Ana venía siguiendo a Chicogranada, de la mano, la traía cogiéndola ...
«1234...24»