1. Historia anónima


    Fecha: 09/09/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Duoaduo, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba encendida una lámpara que estaba en la mesa junto al espejo y que inundaba la habitación de luz sin ser directa.
    
    Bueno, la habitación se me quedó corta, parado junto a la cama no sabía dónde ir. Estábamos los tres de pie, sin saber muy bien qué hacer o donde colocarnos. Me decidí a sentarme en el primer butacón y le indiqué a Chicogranada que se sentase en los pies de la cama, lo cual hizo despacio y entonces los dos miramos a Ana que nos miraba con media sonrisa entre tímida y descolocada por la situación.
    
    Chicogranada tras quitarse la cazadora y dejarla en el otro butacón comenzó a tomar la iniciativa y le pidió a Ana que se sentase junto a él, ella se acercó y se sentó a su lado con un poco de distancia entre ellos, tuve que intervenir rápido y pararle los pies al muchacho. Les dije que antes de nada debía buscar una música de fondo suave para ponerla en tono bajo, luego le comenté a Ana que podría hacernos un baile sexy para los dos, un pequeño estriptis para el público entusiasta que tenía congregado, me miró y creo que no estaba por la labor, aunque se levantó. Chicogranada y yo esperamos que comenzase a mover las caderas, con la melodía de fondo, Ana me miró como diciéndome que qué es lo que debía hacer a continuación, se acercó mirándome hacia donde yo estaba mientras sus manos subían a su camisa para desabrocharse el tercer botón, se lo desabrochó mientras estaba frente a mí, como si ese gesto hubiese sido un brindis entre los dos. Pero, evidentemente, ...
    ... estaba descolocada y no era capaz de seguir, ni se sentía con ganas de ser ella la que hiciese los esfuerzos de caldear el ambiente, así que me levanté, la bese en los labios, la abracé llevando mis manos a su culo empujándola un poco contra mi mientras su cabeza reposaba en mi pecho.
    
    Me dio la sensación de que estábamos más cerca de la torpeza que de la sensualidad, del muermo, que, de la excitación, mientras tuve abrazada a Ana notaba los latidos de su corazón y su nerviosismo, le hice una indicación a Chicogranada para que se levantara y se acercara por detrás, fue rápido, aunque no sabía muy bien cómo colocarse, si detrás de Ana o si yo le dejaría mi sitio.
    
    Se puso detrás pegando su cuerpo a la espalda de mi mujer.
    
    Entonces me separé un poco de Ana y la dejé en sus manos de espaldas al muchacho, él la giró para encararla y la besó. El beso fue largo y con lengua, las manos del muchacho se fueron una al culo de Ana y la otra a su pecho derecho abarcándolos y apretándolos. Ella mientras, se dejó hacer, cerró los ojos y de dispuso a disfrutar, yo retrocedí hasta volver a sentarme en el sillón.
    
    Cuando aún se besaban le dije a Chicogranada que la ayudase a ponerse cómoda para darle un masaje, eso hizo que el beso terminase y sus labios se separasen dejando un pequeño hilo de saliva que iba desde el labio de ella hasta el de él. Chicogranada sonrió y miro a Ana, tuve que volver a repetirle que la ayudase a quitarse la camisa, ella instintivamente subió sus manos para ...
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