1. 6 días con mi tia, sexo hasta el lado más extremo que jamás pude imaginar


    Fecha: 12/09/2018, Categorías: Confesiones Autor: JOSE ANTONIO, Fuente: CuentoRelatos

    ... solo que la llevaría a extrema arrechera y gozaría del verdadero sexo que ella estaba necesitando. Comencé a besarle y chuparle nuevamente las tetas, bajé una mano por su vientre hasta que llegué a su monte tupido de pelos, metí la mano en ese bosquecito y comencé a pasarle la mano suavemente Bajé la cabeza y comencé besándole los muslos, le abrí bien las piernas y metí la boca en su coño. Con mi lengua recorrí todo el entorno peludo y luego me metí completamente en la boca su clítoris...
    
    Mi tía rotaba su cintura contra mi lengua y gimiendo casi que hasta las lágrimas me pedía que no parara, que le hiciera lo que quisiera. Ya estaba entregada por completo, lo que aproveché para iniciar el proceso para llegar a desflorarle el culo. Le llevé las piernas a la altura del pecho y sus caderas se elevaron un poco, bajé la cabeza y le separé las nalgas hasta que apareció el ojete deseado. Le pasé la punta de la lengua y ella se frunció, levanté la cabeza y le dije que estuviera tranquila, que solo lo había hecho para que se arrechara más. Volví nuevamente a su coño y le metí la lengua lo más adentro que pude. Ella se revolcaba y movía las caderas al mismo ritmo que yo la llenaba de lengüetazos tanto en la chocha como en el ano. Estaba en un estado total de entrega y tomándome por la cabeza, me miró fuera de sí y me suplicó; ¡Ya no aguanto más, ya quiero que me penetres! Sonreí un poco por su ingenua manera de pedírmelo, me levanté para que viera que era lo que le iba a meter y le ...
    ... dije; ¡No sabes cuánto he esperado este momento, te la voy a enterrar toda y te voy a quitar esa arrechera que tienes hace rato! Me arrodillé con la verga bien parada y me preparé para hacer mío lo que siempre anhelé. Con mi lamida a su coño este había quedado con el camino despejado, así que después de pasarle la punta varias veces, empujé y se la metí un poco.
    
    Ella se retorció un poco y me dijo: - ¡Despacio, métemela despacio que la tienes un poco grande! Le dije; ¡No la tengo muy grande, eres caderona y culona pero la chocha la tienes estrecha por falta de uso! Comencé a metérsela y sacársela y en cada metida entraba un poco más mientras ella se mordía el labio inferior en clara muestra de que le estaba entrando con alguna dificultad. Ella tenía sus muslos pegados a mi cuerpo y me dejaba poco espacio de maniobra, por lo que me separé un poco, le tomé las piernas a nivel de las rodillas y le abrí completamente el compas para que mi verga le entrara con menos dificultad. Empujé poco a poco hasta que le entró toda. Puse los codos a los lados para no caer pesadamente sobre su cuerpo, la miré a los ojos y le dije: - ¡Ya te entró hasta el fondo. Esto es lo que necesitabas, un buen polvo, te la estoy enterrando hasta el fondo como nunca te la ha metido ni te la meterá nunca tu esposo. ¡Ahora quiero que me muestres lo arrecha que eres acompañándome cuando empiece a sacártela y metértela!
    
    Comencé a metérsela hasta el fondo, sacarla un poco y luego con furia arremeterla. Ella ...
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