1. 6 días con mi tia, sexo hasta el lado más extremo que jamás pude imaginar


    Fecha: 12/09/2018, Categorías: Confesiones Autor: JOSE ANTONIO, Fuente: CuentoRelatos

    Para comenzar con esta pequeña historia es bueno comentar que soy un hombre de 28 años, que no soy súper atlético, ni musculoso y fibroso, soy un hombre normal, que trabaja como ingeniero civil, regularmente practico algún deporte y admirador de las mujeres altas, que tengan caderas anchas y que posean unas buenas nalgas. Mi tía es una mujer de 38 años, muy educada, seria y físicamente bastante alta, mide más de 1.70 de estatura no muy bonita de cara, pero con unos muslos y un culazo que, desde que la vi desnuda no me lo pude quitar de la cabeza.
    
    Cuándo niño y aún joven la veía como normalmente un sobrino ve a su tía y a sus hermanas mayores, con respeto y más que todo con ojos de buen familiar. En su juventud fue una mujer muy estudiosa y seria que culminó sus estudios de arquitectura, profesión en la que labora desde un estudio que tiene en su departamento. Mi tía desde que se casó se convirtió en una mujer reprimida. Se casó con el primero que le propuso matrimonio, un tipo mayor que ella, tachado a la antigua que no la satisface del todo y que por su mirada se le notaban las ganas de coger con verdaderas ansias, pero su esposo no se anima y mucho menos la anima a ella.
    
    Yo vivo en un departamento para solteros en el mismo edificio en que vive mi tía con su esposo por tanto nuestra relación familiar ha sido bastante estrecha. El cambio de mirar a mi tía con ojos familiares a verla con lujuria y querer llevármela a la cama surgió en una oportunidad en que estábamos un ...
    ... fin de semana en una casa cerca de la playa propiedad de la familia. Fuimos todos al mar menos mi tía que se quedó diciendo que tenía que adelantar un trabajo. Regresé a buscar algunas cosas a la casa y al entrar sentí la regadera del baño. La puerta estaba sin ajustar, la empujé un poco y vi a mi tía completamente desnuda y de espalda. Quedé unos segundos hipnotizado por ese tremendo espectáculo de sus nalgonas. Mi tía estaba en lo suyo, estaba jaboneándose sus partes íntimas, jadeando en medio de griticos lujuriosos en clara demostración que estaba necesitando con urgencia que un macho le quitara la calentura.
    
    Cerré con cuidado la puerta y salí de la casa desconcertado, pero la visión de ese gran culo que había visto me trajo a la realidad. Llegué a la playa y me transporté mentalmente a lo que me cambió de mentalidad. Pensaba; ¡Por todos los santos, que culazo y que cuerpazo tiene mi tía! Miré a un lado y vi a su esposo apoltronado, leyendo cualquier cosa. Lo miré y para mis adentros me dije; ¡Viejo huevón, en la casa está tu mujer bien arrecha, suplicando que le metan una buena verga y tu sin hacer nada! Si no la complaces tendré que ser yo quien la calme.
    
    Desde ese momento me prometí a mí mismo no descansar hasta llevarla a la cama, hacerle de todo y culminar apropiándome de ese culo. Una tarde me encontraba en un centro comercial y la veo en compañía de su esposo caminando por uno de los pasillos. Me quedé un rato observando cómo se le movían las nalgonas cuando ...
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