UNA NUEVA VECINA 3
Fecha: 13/11/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Toda esta historia vino a cuento por lo que dije al comienzo: me había olvidado de que los miércoles venía Leonor a limpiar el departamento (alias “dpto.”).
Era el primer miércoles de las chicas viviendo en mi dpto. El domingo a la noche se establecieron…, y los amaneceres…, lunes y martes…, habían sido excelentes. Por supuesto, compartir la cama con Clara era genial. Una buena cogida cuando nos acostamos para terminar bien el día. Algunas horas después, más o menos, dos o tres de la madrugada, alguno de los dos despertamos, e “invita” al otro a una mamada o chupada de media noche…, y al amanecer, cuando despertamos para ir a trabajar, cada uno en lo suyo, antes de la ducha, una cariñosa cogida, de media hora a cuarenta minutos. Siempre hay un lindo agujero de Clarita dispuesto a recibir mi pija anhelante. Ese lunes y martes, y la noche del martes al miércoles, fueron muy fructificas, y en las tardecitas, con Clarisa y Aldana, hacíamos grato cada uno de los días. A la mañana Aldana iba a su escuela y Clarisa a la facultad. Sin ninguna otra intención, el miércoles me quedé a la mañana, para adelantar un par de cálculos que tenía pendiente. La mañana, temprano, sin bañarme, todavía en pijama, me era muy productiva en el trabajo. Justamente eso, ni que era miércoles me enteré; estaba totalmente metido en el trabajo. Sólo sabía que Clara ya había ido al kiosco. Me instalé en la habitación que había convertido en oficina de trabajo. Como no tenía socios, me ahorraba pagar el ...
... alquiler de una oficina. Estaba en mi tarea, haría unos 40 o 45 minutos, cuando escuché a Clarisa.
-Hola, buenos días Dani. ¿Te quedaste a trabajar? - Clarisa estaba en la puerta, con su clásico y mínimo camisolín, casi transparente, sin corpiño ni tanga, totalmente deseable. - ¿Tenés mucho trabajo?
-Bueee…, un poco…
-¿Podés perder algunos minutos?
Sucedió que, “por una de esas cosas”, Clarisa se había quedado… Ni le pregunté por qué. Se acercó sonriente y meneándose voluptuosamente, hacia mi mesa de trabajo. Se inclinó para besarme.
-Buenos días nuevamente…, mi amor, muy buenos días. - Y me besó en la boca con ardiente calentura. - Correte un poquito, alejá el sillón.
Es fácil. Tiene rueditas. Lo alejé hacia atrás. Clarisa toma el pantalón desde la cintura.
-Dejame bajarlo…, un minutito no más…
Me erguí un poquito para facilitarle la tarea. El pantalón quedo en mis tobillos. La visión de la mágica sexualidad de Clarisa había puesto en erguida actitud a la pija. Clarisa se arrodilló entre mis piernas para una de sus principales tareas. Ávida por el movimiento de su cabeza, entraba y salía, poniéndola totalmente húmeda.
Se paró y se sentó a horcajadas frente a mí. Guió con sus manos la pija a la concha. Entró hasta el fondo sin la menor duda. Levanté el camisolín para lamer las tetas y chupar los pezones. Apoyándose en los dedos de los pies comenzó la cabalgata. En eso estábamos, muy entretenidos. Clarisa me besaba. Nos besábamos ardientemente. ¡Qué calentura! ¡Hacía ...