UNA NUEVA VECINA 3 - Relatos Eróticos

UNA NUEVA VECINA 3

... maravilloso culo de Leonor en ofrenda a mis deseos, impulsaron rápidamente mi erección. Ahora sí. Me acerqué. Fue cuando Clarisa me vio y sonrió, sin dejar de lamer la concha de Leo. Cuando le escupí y lamí el culo a Leo, ella gritó desde la concha de Clarisa. 
-¡Hola Dani! ¡Bienvenido!
-¡Jajaja! - Clarisa se rió sin dejar de chupar.
Pasé la pija por la boquita de Clarisa y por la súper concha de Leonor. Quedó suficientemente lubricada para poder meterla. El culo de Leo viene apreciando mi pija desde hace siete años. No había ningún problema. Fui metiendo el glande sin dificultad. Clarisa me lamía el escroto, y chupaba los huevos, uno y otro, alternativamente. Lo saqué y Clarisa, con sus manos, me la untó bien con los fluidos de Leo. Volví adentro del culo. El esfínter perfectamente dilatado. El recto bien deslizable. Volví al mete y saca. Mi eyaculación no tardaría. Seguí entrando hasta el fondo. Mis huevos golpeaban contra la concha de Leo y lengua de Clarisa. El bombeo no fue demasiado largo. Tanto una como otra tuvieron sus orgasmos en el ínterin. Hasta las tripas saltó el esperma. Esperé unos minutos para regular mi respiración. 
-¡Ahhh papito! – Leonor sacó la boca de la concha de Clarisa. - ¡Qué lindoooo…! Siempre me gusta… ¡en todo momento!
La saqué despacito. Sabía de las intenciones de Clarisa
-Sííí… No te muevas Leo… - Clarisa estaba atenta.
Al sacar la pija, Leo pujó el semen hacia afuera. Chorreó por el perineo hasta la boca de Clarisa… Tragó todo lo que ...

... pudo. Las chicas se levantaron y se dedicaron a limpiarme la pija. Nuestras lenguas terminaron de jugar… ¡Todos felices!
-Bueno chicas, las dejo. Voy a bañarme. Tengo que ir a la obra.
-Dani, no podré terminar todo. – Leonor trataba de justificarse. 
-No hay problemas, tesoro. Tenés el día libre. Diviértanse…, y espero que alguna vez me dejen jugar…
-¡Que caradura! – Supuestamente Clarisa protestaba. - Le abriste el culo a Leonor mientras me la chupaba, y todavía dices de “jugar”. ¿Y qué hiciste?
-¡Jajaja! – Los tres reímos.
-Está bien. Me refiero a otra oportunidad…
-Será todas las veces que quieras…
Me bañé y me vestí, mientras las chicas seguían dándole con todo en mi cama. 
-No te preocupes papito. Te la dejaremos bien limpita y ordenada.
-No hay problemas, chicas. Hagan todo lo que quieran. Quiero que se diviertan.
Yo sabía que dejarían todo en orden…, y me fui. 
No hubo mayores problemas o circunstancias especiales hasta la media tarde. Volví a casa, a ver algunas cosas de los cálculos. 
¡Aldana y Efigenia estaban a las revolcadas en mi cama! Tan entretenidas estaban que no me oyeron entrar. No las interrumpí. En medio de los besos y chupadas, Aldana le comentaba a su amiguita: «¡No sabés como coge! ¡Dani es genial!» «Pero… ¿me llevará el apunte?» «Si, claro, no te lo podés perder. Si supieras lo bien que lo hace, con que suavidad y cariño. Te la mete tan bien, despacito, para que la sientas bien y no te duela para nada. Y si vieras lo lindo que es sentir ...