COMO EN CASA
Fecha: 12/12/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
-¿Me la metés, papito?
No había manera de evitar que Efigenia viniera todos los días a la tarde…, “para hacer la tarea” junto a Aldana…, pero…, estuviera o no su amiga y compañera, terminaba siempre en mi estudio-taller para solicitar pija…
-Luego. Ahora quiero chupar, besar y lamer la maravillosa conchita que tenés.
-¡Qué lindo papi! ¡Me gusta tanto!
-Dale, subite al sofá. Poné las piernitas a cada lado.
Su conchita quedó a la altura de mi boca. Como siempre que Efigenia viene a casa, se había sacado la tanguita, que tendría en algún bolsillo de la pollera.
-Mientras te chupo, sacate la pollera. - La nena no solo se sacó la pollera. También la camiseta. Quedó hermosamente desnudita ante mí, aunque al tener la cabeza metida entre sus piernas no podía ver mucho. Pero la imaginaba. Estaba riquísima, con gustito a pis.
-¿Hiciste pis, tesoro?
-¡Uy! Si, papito. ¡Olvidé lavarme!
-¡No, no! ¡Es por eso! ¡Es riquísimo! Me gusta mucho el gusto de tu pis. Siempre largás un poquito cuando acabás.
-¡Uy! ¡Qué vergüenza!
-¡Para nada, para nada! ¡Me encanta! De verdad te lo digo. El de Aldana también. Ella me ha hecho pis en la boca y es riquísimo…
-¡Ay Dios! ¡Me dio ganas de hacer!
-Dale. Hacelo así, ahora, en mi boca… ¡Dale!
Me apreté más contra ella. La tomé fuerte de los glúteos para que no tenga miedo de caerse.
-Dale…, haceme pis en la boca.
-¡Ay papito! ¡Me hago!
Largó un buen caudal en mi boca. Yo tragaba con gran placer ese caldito salado y tibio…
-¡Ay papi! ...
... ¿Te gusta?
-¡Muchísimo!- Le pasé la lengua para recuperar las últimas gotas. Y retorné a las chupadas, lamidas y besos.
-¡Ay papito! ¡Qué lindo! ¡Ay! ¡Me viene! ¡Me viene, ACABOOOO! – La nena apretó mi cabeza contra su cuerpo. - ¡Sííí! ¡Acabooo!
Yo apreté sus glúteos contra mí. Y derramó sus exquisitos fluidos. Tragué todo, todo. Y la tenía fuerte del culito. Elfi temblaba.
-Ya está, mi amor. Bajá y sacame el pantalón.
Efigenia bajó. Me apoyé en las manos y levanté las caderas. La pija apareció dura, húmeda, temblorosa y el glande chorreaba precum…
-¡Mirá como me dejás la pija!
-¡Sí! ¡Qué linda! – Y se agachó para lamer. - ¡Qué rica!
Estaba mamando apasionadamente. Estaba calentísima. Más de lo que era normalmente. Me besó el tronco a todo lo largo, desde la cabeza a los testículos. Volvió al glande y lo tomó con los labios. Comenzó la tragada lentamente. Sus ojos no se apartaban de los míos. La sonrisa angelical no se borraba. ¡Hasta el fondo!
En la puerta apareció Clarisa.
-Vení tesoro. Acercate. Fijate lo bien que mama la nena preciosa. – Quería incorporarla al juego.
-Huuu, mmmmm…- Efi daba señales de aceptación.
-Clari, tesoro. Sacate los pantalones y subite. - Clarisa lo tenía muy claro. ¡Lo habíamos hecho tantas veces!
Se acomodó con las piernas a mis lados. Clarisa tuvo que doblar un poco las rodillas para que su concha quedara a la altura de mi boca. Y le di con todo. Clari también tenía sabor a pis, tan rico como el de Efi. No le dije nada. Así estaba ...