1. COMO EN CASA


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... muy bien. 
    Traté de regular mi orgasmo con el de Clarisa, que seguramente estaría a punto, como casi siempre que viene hacia mí para que se la chupe. 
    -¡Sí! ¡Sí! ¡Asíííí! – Clarisa gritó en el momento que yo me estremecía y llenaba la boquita de la nena. Clarisa acababa también.
    -¡Efi, Efi, tesoro! ¡No lo tragués todo! ¡Dejame algo a mí. – Clarisa, como siempre, reclamaba “el postre”.
    -Mmmsseee… - Trató de hacerse oír la nena. Cuando ambos, Clarisa y yo dejamos de temblar…, Clari se bajó y dio un largo y goloso beso a la nena. Un largo rato estuvieron chupándose la boca y jugando con las lenguas y el semen. El placer era común; ambas compartían la felicidad de tragar esperma.
    -¿Podemos seguir jugando, papito? – La nena era inagotable.
    -Luego, cuando venga Aldi. Ahora voy a trabajar un poco, así que acomódense en otro lado. 
    	Estuve algo más de una hora trabajando “tranquilo”, y recargando los testículos. Y apareció Aldana. 
    -Me dijo Efi que me esperabas…
    -Si, ahora voy al dormitorio.
    -Bueno, me voy a bañar. - Si “había tiempo” a Aldi le gustaba estar limpita.
    Fui al dormitorio. En la cama, espléndidamente desnuda, estaba Clarisa.
    -¿Y Efi? 
    -Se fue a bañar con Aldi. Vos sabés que las nenas tienen sus propios juegos…
    -¡Jajaja! ¡No desaprovechan un minuto! - Me acosté a su lado, boca arriba. 
    -Dale, nosotros podemos empezar. - Clarisa me largó una de sus genialidades. A los dos minutos yo la tenía más dura que un fierro. Clari se montó, enterrándosela de un saque ...
    ... en la concha.
    -Despacito nena. Quiero saborearte mejor.
    Ella se levantó despacito para dejar solamente el glande dentro, y se fue bajando lentamente. Sentía el suave roce de la pija en las paredes de la concha. Cuando suspiró, comprendí que tenía el glande apoyado unos centímetros dentro, sobre la parte superior del orificio de entrada de la vulva, donde dicen que está el “punto G”, que… bueno…, no es un punto, sino una zona. 
    Clarisa suspiró y se estremeció. Es que, según algunos demuestran, no hace falta una gran pija. Con que se sepa rozar la zona, está garantizado un buen orgasmo femenino…, mientras seas capaz de acariciarle el clítoris. Estábamos en eso. Clari cabalgaba suavemente, para sentir a la pija deslizarse por su interior. Se estremeció nuevamente…, y se derramó en mi pelvis. ¡Lindísimo! ¡Siempre es tan lindo coger con Clarisa!
    En eso llegaron las nenas, bañaditas y contentas. Seguramente se lavaron mutuamente con las lenguas. ¡Las utilizan tan bien!
    -¡Hey! ¡Clari ya está acabando! – Aldana conocía muy bien a su hermana. Se sentó sobre mi cara, de frente a Clarisa. Yo perdí la visión. Su concha me tapaba todo.
    -Parate acá… - Esa indicación era para Efi, de parte de Clarisa. Se paró entre las dos hermanas, con las piernas a mis costados, seguramente para que Clarisa buscara su concha y Aldana su culo. Las hermanas se movían en consonancia con las chupadas mías, la cabalgata de Clarisa y las lamidas a Efigenia. Toda una actividad de acróbatas circenses. 
    Así ...
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