COMO EN CASA - Relatos Eróticos

COMO EN CASA

... penetración!
-Oh… ¿eso? Bien…, si es lo que te gusta… 
-Si, me gusta, me gustaba, por lo menos. Te conté cuando venían cuatro o cinco chicos a casa…, y yo los “atendía” a todos… Pero sé que a vos no te entusiasma… demasiado. 
Ya estaban las dos desnudas, acostadas a mi lado. Laurita, tanto para no perder tiempo, como para ponerme “en condiciones”, se tiró sobre la pija a besar, lamer, chupar, mamar…
-Mirá… Laura. Tengo un tiempo… 
-Si, lo sé, papito. Me lo dijo Clarita… ¡todo lo que hacés con las nenas! No hay apuro, tengo todo el tiempo que sea necesario…
-Bueno…, yo sigo. – Clara quería terminar con las dudas. - Sobre la doble penetración…, lo hablé con Lauri…, porque pensé que Joaquín sería el más apropiado para ser “el otro”. Y Lauri sería quien completaría el jueguito. Los cuatros, de a dos…, de tres…, y de cuatro… 
-¡Seria genial! - Laura soltó la pija para hablar. - ¿No te parece que la pasaríamos bárbaro…?
-Si, si, sin duda. ¿Cuándo sería? 
-En cuánto podamos. – En este caso era Laura quien hablaba. - Y pensamos hacerlo en casa. Así las nenas no interfieren. 
-¡Jajaja! ¿Piensan que no querrían quedarse afuera?
-¡Seguro! – Clara no dudaba. – Bueno… Cuando Joaquín y vos estén listos. Lo hacemos.
-¡Fantástico! ¡Yo estoy siempre listo! - Yo estaba realmente encantado. Nunca había intervenido en una doble penetración… ¡Y hacerla con Clara y Laura seria genial!
Ya la tenía perfectamente al palo; Laurita jamás fallaba. Se acostaron cada una a mi lado…, y se ...

... dedicaron a los besos, caricias, lamidas…, especialmente a la pija…, pero también en el resto del cuerpo…, sin olvidar el culo, por supuesto… Entre ambas me levantaban las piernas. ¡Me encanta que me pasen la lengua por el ano!
-Parate papito, así hacemos un clásico…
-¡Jajaja! – Por supuesto me paré, con la pija totalmente erguida, y Laurita se agachó para mamar. Yo me dedicaba a acariciar y chupar las tetas de Clara, especialmente los pezones.  Le metía los dedos en la concha y el culo. Ella me besaba y nuestras lenguas anunciaban el prolegómeno del jueguito.
Luego de algunos minutos, Clara se incorporó a la mamada, además de chupar con entusiasmo los pezones y globos de Laura. Ésta se lo retribuía con delicadeza. Las manos de ambas jugaban no solamente con mi choto, sino también con sus conchas y culo.
Cambiamos de postura. Yo dejaba que las chicas condujeran los juegos. Laurita se acomodó. Llegaba el turno de mi chupada. Mientras yo lamía su concha, ella lamía la de Clara, quien le había puesto la entrepierna en la boca, sin dejar de estar acostada. Mientras yo chupaba a Lauri, le metía los dedos el culo. Ella gemía de placer.
-¡Ay papito! ¡Cómo te extrañaba!
-¡Sonsa! - Le dice Clarita. - Podés venir todas las veces que quieras…
-Siii…, pero ahora no tenemos a las nenas que nos suplanten… un ratito… en el kiosco.
Cambiaron de posición. Clara se acomodó para mis chupadas, y Laura se puso sobre la cara de Clarita. 
-¡Ay Dios! ¡Dios! ¡Qué ricoooo…! ¡Ooohh! ¡Me vengooo! - ...