COMO EN CASA - Relatos Eróticos

COMO EN CASA

... estuvimos unos diez minutos, más o menos. Me es difícil calcular el tiempo mientras cojo. Siempre me parece poco. Como era habitual en nuestros juegos, la primera en acabar fue Efigenia… ¡Tremenda sacudida de la nena! Seguramente Clarisa se agachó para beberse bien los jugos, pues dejó de cabalgar. Aldi estaba agachada también lamiendo el culo de su amiguita, cosa que hacía con frecuencia. Efi cansada se sentó sobre mí pecho.
Me afané para que Aldi me sintiera bien. Lengua, labios y mordiscos aceleraron su orgasmo. En un minuto me bañó toda la cara. Intenté chupar todo lo posible. Ella se relajó y vino el turno de Clarisa…, y mío. Acabamos los dos casi al mismo tiempo. La sacudida de Clarisa, provocó mis seis o siete chorros de semen llenando su útero y sus fluidos inundaron mi pelvis.
-¡Esperá, esperá! ¡No salgás! - Aldana gritó.
Ella y Efi se levantaron presurosas y se acomodaron tras Clarisa. El intento ero obvio. En cuanto la hermana mayor se desensartó de mi pija, estaban ambas chupando entre sus piernas. No había desperdicio. Me quedé relajado y mirando a las chicas, sus juegos eran hermosos. En cuanto mutuamente se higienizaron, se dedicaron a mi pija. Quedó limpita y brillante. ¡Todo un lujo!
Todas se fueron a bañar. Supongo que vendría el momento de relajo…
Como tantas otras veces, al anochecer llegó Clara…, pero en este caso…, acompañada: ¡la bellísima Laura estaba con ella! 
-¡Oooohhh! ¡Bienvenida! – Vino con su mejor sonrisa hacia mí…, que seguía “tirado” ...

... en la cama, desnudo…, justamente esperando a Clara…, como era lo “normal”… ¡Clara, luego de varias horas en el kiosco sólo buscaba una buena cogida!
	Sin la menor duda, Laura me dio un beso en la boca, mientras me acariciaba tiernamente la pija. ¡La gloria! No sé cuál era el pretexto o motivo… ¡Venía a coger! 
-¿Qué tal papito? Me dijo Clarita que estás muy ocupado: ¡mucha obra para tantos agujeros…!
-¡Jajaja! Pero…, más allá de las ganas o ganitas de Laura, el motivo de su visita es muy concreto… - Clara hablaba y se desnudaba. ¡El futuro inmediato era una cogida con ambas! – Bueno…, nuestra amistad, larga amistad, más importante que la sociedad kiosquera…, nos permite tratar algunos asuntos con total sinceridad…, y sabemos que vos nos acompañás en nuestra sinceridad. ¿Verdad?
-Si…, claro. ¿Qué pasa? – Yo estaba intrigado. 
Laura también comenzó a desnudarse. Como yo no había intervenido cuando Clara se quitó la ropa, no quise hacerlo en el caso de Laura…, para no alimentar celos ni rivalidades… Hacía cerca de dos meses que no tenía a Laura entre mis piernas. ¡El juego sería grandioso!
-El tema… es… que…, bueno… vos los sabés. En un tiempo pasado, bastante pasado… Cuando yo andaba por los veinte, a veces menos…, y pocas veces más…, cuando mayor…
-¿Qué cosa?
-En alguna oportunidad te conté todas las cosas que hacíamos… En realidad, yo mucho más que Laura. – ¿Clara daba vueltas para no hablar? - Si papito, tengo ganas de recordar ciertas lindas cosas: ¡Quiero una doble ...