1. Confundiéndolo


    Fecha: 15/09/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: milfmature, Fuente: CuentoRelatos

    ... al teléfono, escribiendo y leyendo mensajes como adolescente. Nunca se separa del teléfono, hasta cuando se mete a duchar, en una ocasión entré al baño y vi como recibía mensajes, pero él se percató de mi presencia y salió inmediatamente.
    
    Sin poder constatarlo al 100% me empecé a sentir mal, dolida, deprimida, no lo enfrenté directamente, tal vez ese fue mi error. Con el ascenso al puesto sustituí lo que me pasaba, pues para mi desarrollo profesional fue muy importante el puesto que tengo. Así que empecé a distanciarme un poco de él, y manejé mi molestia de otra manera, no discutiendo ni pidiéndole el divorcio (a estas alturas, me decía, sería absurdo, los hijos, la casa, etc.), mucho menos buscando una venganza siéndole infiel con otro hombre, como sí sé que lo hacen muchas mujeres, aquí les puedo decir que cada vez más mujeres engañan a sus maridos y sobre todo con hombres jóvenes. Y ellos ni cuenta se dan…
    
    Mi plan fue otro, y de acuerdo a mi formación de mercadóloga, me plantee ser estratégica, provocándole cosas, como la incertidumbre y la confusión. Empecé a cambiar yo misma, con esfuerzo, aunque contribuyó el ascenso y sus implicaciones en mi autoestima, por ejemplo en lo exterior, me pinté el cabello, empecé a vestirme más provocativa, con faldas y vestidos arriba de la rodilla, ajustados al cuerpo, de colores llamativos, comprándome nueva ropa interior, no tangas porque no me gustan pero sí más sexis, como las de Victoria Secret.
    
    Empecé a llegar tarde a la ...
    ... casa. Al club empecé a ir en leggins ajustados y en colores color pastel o blancos. Generalmente mi marido no es celoso, pero sí me preguntó porque me estaba vistiendo así (a pesar de que antes me lo proponía), le dije que por el nuevo puesto y por los compromisos que llegaba a tener como comidas, desayunos o reuniones de trabajo y que los leggins para hacer ejercicio los había comprado por sugerencia (una mentira) de mi nuevo instructor en el gimnasio.
    
    Lo desequilibré, no sabía qué decir. Lo empecé a sentir diferente, desubicado, pues también en ocasiones lo llegaba a rechazar deliberadamente cuando deseaba tener intimidad. Le decía que estaba cansada o que mi apetito sexual iba a la baja o que la menopausia, siempre tenía excusas, pero al mismo tiempo lo provocaba arreglándome más y de manera diferente a como era antes.
    
    Esto lo empezó a poner mal, así lo sentía y a pesar de esto, sentía que continuaba con su aventura, luchaba contra su propio ego. Ahora que hacía lo que me había propuesto antes, como la vestimenta, no lo estaba procesando.
    
    Pero hubo un evento que lo dejó atónito y que preparé en mi imaginación detenidamente. Se programó la convención anual de ventas de la empresa, cuatro días tres noches, en un resort, en la playa. En algunas ocasiones llegó a acompañarme o llegaba el último día y aprovechábamos algunos días de estancia. Me preguntó si no quería que me acompañara, le dije que iba a estar muy ocupada, por mi nuevo puesto y que no podría dedicarle el ...
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