1. Carmen descubre al culpable del chocho desflorado de mis hermanas


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... entre arbustos hasta donde habíamos habilitado nuestra habitación. Los cartones en el suelo debieron decirle a Carmen que aquello era el dormitorio o simplemente donde iba recibir verga. Mi hermano y Lily empezaron donde se habían quedado, aunque ahora mi hermanita lo recibió de misionero. El se acomodó entre sus piernas y otra vez la empaló hasta el fondo, la culeaba sin dejar nada fuera de su vagina, únicamente los huevos. Beatriz guío a Carmen en lo que iba a hacer, una vez más aquella chica de 14 años quedó en cuclillas chupándome la polla mientras mi hermana atrás suyo le empujaba la cabeza como queriendo marcar hasta donde debía tragar. Yo parado gozaba sintiendo la garganta de aquella mamadora un tanto inexperta. ¿Te la quieres comer? – le susurró al oído Beatriz. Quizá dijo que si o talvez no, pero la misma Beatriz la apartó de mi polla. Yo supe que debía acostarme de espaldas en el cartón que sobraba, nuestra otra cama. Mi verga era una estaca esperando meterse en una vagina. Esa vagina hoy sería una que jamás había probado, Beatriz al mando le indico a Carmen que se subiera sobre mi quedando en cuclillas, la cabeza de mi pene a escasos centímetros. Pude verla, la vulva de nuestra vecinita era una sandía rajada, gorda y con aquella lengua saliendo entre sus labios vaginales. Ciertamente no era proporcional a su delgado cuerpo. Beatriz se había quedado atrás suyo, desnuda también y dejándome ver su chocho desflorado. Ella misma tomo mi pene con sus manos y sádicamente ...
    ... se lo restregó a Carmen por toda la raja haciendo que está cerrara los ojos y hasta hiciera el intento de dejarse caer ensartándose de una buena vez pero Beatriz la detuvo. Pude ver cómo se la ponía en la entrada y luego la empujaba hacia abajo aunque sin hacer mucha fuerza, la entrada fue perfecta. De una sola vez 17 centímetros se hundieron en aquella vagina que era un horno, mi hermana debió gozarlo tanto como yo porque así acurrucada como estaba se frotó la cuca con tres dedos a la vez. Se tocaba el clítoris con movimientos cortos mientras con la mano que le quedaba libre empujaba por las caderas a su vecina que ya empezaba a subir y bajar sobre mi polla. Me culeaba, la culeaba. Culeábamos los dos, Beatriz masturbándose. Más allá, a unos metros Lily cogiendo con nuestro otro hermano. Un poco más lejos, atrás de los arbustos y matorrales que nos servían de casa nuestras mamás lavando la ropa. Muchas veces habíamos follado en aquel lugar, era nuestro juego secreto. Sin embargo hoy y con Carmen algo era diferente, su vagina me hacía sentir algo que no había sentido antes. Su manera de moverse, su calentura, sus gemidos y su cuerpo doblándose de gusto. Mi verga le quedaba perfecta en su vulva grande, húmeda, caliente. Su flaco cuerpo en lugar de considerarlo un defecto como lo hacían ver los chicos, para mí era algo que me resultaba cómodo porque podía sentir como mi polla le llegaba hasta donde debía llegarle. Creo que ella sentía que también había encontrado su polla ideal ...
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