UNA GRAN FAMILIA 2 - Relatos Eróticos

UNA GRAN FAMILIA 2

-¡Vamos dormilón! ¡Levantate! - Me despertaron las palabras de Clarisa. - Vamos, tengo el desayuno preparado.
-¿Estás sola? - Estaba suponiendo algunos juegos.
-Mami fue al kiosco y Aldi a la escuela.
Me estaba levantado, totalmente desnudo, como me había acostado. Clarisa tenía su encantador camisolín, casi transparente y muy cortito. ¡También estaba lista! Tomé el pantaloncito del pijama.
-No. Quedate así. ¡Me gusta!
-Bueno…, si vos lo decís…
-¡Jajaja! ¡Cómo si vos no quisieras!
-Buenos días tesoro… - Me acerqué a ella y nos besamos.
-Buenos días papito…
-Puedo ir al baño ¿no?
-Por supuesto. No quiero accidentes ¡Jajaja!
Hice mis necesidades. Me higienicé lo mejor posible. No me bañé, lo dejé para más tarde, pero me lavé muy bien. Me lavé los dientes, me coloqué el antitranspirante, y volví a la cocina. Clarisa había puesto la mesa con el desayuno…, pero estaba tan linda que no pude contenerme. Ya estaba al palo.
-¡Hey, papito! ¡Cómo te pusiste! ¿Te acordás de lo que hicieron con Aldi?
-No tesoro. Por vos estoy así.
-¿Querés que lo hagamos nosotros? 
-¡Por supuesto!
Me agaché frente a ella y fui a su entrepierna…
-Esperá. Me subo a la mesada para que estés más cómodo.
-Sí, claro. - Ella también estaría más cómoda al no tener que mantenerse parada mientras yo chupaba.
Le saqué el baby doll. Quedé parado, apoyado en la mesada, con las manos a sus costados, y me agaché hacia su entrepierna. Ella colocó sus piernas sobre mis hombros. Besé sus muslos, su ...

... monte de venus…, los labios mayores. Clarisa acariciaba mis cabellos. ¡Es tan dulce!
Con los dedos de ambas manos separé sus labios y metí la lengua a sus pliegues interiores. Exquisita como siempre… ¡y se había perfumado! Metí la lengua en la vulva. La moví hacia arriba y abajo. Clarisa comenzó a suspirar y gemir. 
-¡Papito! ¡Dani! ¡Aayyy! ¡Aayyy! Quiero decirte algo… - Hablaba entre gemidos y suspiros. - ¿Sabes una cosa? ¡Te amo! 
-¡Jajaja! No digás eso. - Separé la boca de su concha para hablar. – Yo no te pido nada.
-Si Dani, mucho, mucho. No es un chiste. Ay algo más que sexo con vos. ¡Ay Dios! ¡Qué lindo! ¡Me gustás tanto! Hay algo más, mucho más. No solamente el riquísimo sexo que me das. ¡Todo lo que me hacés gozar! Te amo. Es algo más, otra cosa. Cuando pasa un día… ¡Qué digo! Un día, una hora, pasa una hora y no te tengo, me vuelvo loca. ¡Te quiero tanto y te extraño tanto! ¡Es amor Dani! ¡Gran amor! ¡Más que nada ni a nadie!  
Yo volví a chupar. Mi interés era que llegara al orgasmo.
-¡Papito! ¡Esto es maravilloso! ¡Tan rico! Pero hay algo más, mucho más. Mirá… ¡ahhh! ¡Ahhh! ¡Qué rico! ¿Ves? No solamente lo lindo que es sentir tu lengua dentro de mí. Si paso una hora sin sentir el riquísimo sabor de tu cosota dentro de mi boca… ¡ay ay me mueroooo! Y yo sé que vos me querés un poquito aunque sea… - Clarisa hablaba entre sus gemidos.
-No, mi amor. No un poquito… ¡te quiero un montón! Vos sabés. Te lo dije, pero tenés que formar tu propio hogar, tu propia ...