UNA GRAN FAMILIA 2 - Relatos Eróticos

UNA GRAN FAMILIA 2

... boca…
-Claro, con Aldi.
-No, no. Me refiero antes de nosotras…
-Si, muchas veces.
-¿Con todas?
-No. Con las que aceptaran. Nunca insistí si no querían…
-¿Cuándo fue la primera vez?
-Con mi esposa, muy jóvenes. No te olvidés que empezamos cuando yo tenía quince.
-¿Cómo lo supiste que se podría hacer?
-Bueno…, en aquella época no había porno en compu ni en tv. Pero alquilábamos en el video club y las mirábamos en casa. Una vez vimos una “lluvia dorada” y quisimos probar… y nos gustó. Así cada vez que teníamos tiempo y no estaban los hijos, cogíamos de toda forma y hacíamos la “lluvia dorada”. De allí en más cada vez que podía lo intentaba.
-¿Muchas lo rechazaban?
-No, no… Lo que pasa…, es que, de alguna manera, me daba cuenta quienes estaban dispuestas a darme el gusto en lo que quisiera. Algunas son tan…, no sé cómo decirlo., tan “explícitas”…, que notaba que estaban dispuestas a todo…, todo lo que les diera placer. 
-¿Yo soy una de esas? – Clarisa se había puesta seria.
-No, es cosa distinta. Con vos tengo…, tenemos, una relación tan… simbiótica…, que es obvio que podemos hacer todo lo que nos da la gana…, si de placer y gozo se trata. Entre nosotros, con vos y Aldi, solamente hay una relación que nos brinda placer y felicidad. No hay nada de violencia, morbosidad, sadomasoquismo…, o cosa por el estilo. Además, por lo menos, en mi caso, siempre estoy pensando en que sean totalmente felices…, no solamente en el sexo, sino en la vida en general. Lo digo ...

... permanentemente. Que formen una pareja, un hogar, una familia, que le dediquen tiempo al estudio, que cuiden a los amigos…, o a los chicos que les gusta. Siempre estoy pendiente de todo eso, aunque no diga nada, pues no me gusta andar cargoseando.  
-Gracias Dani. ¡Pero lamento que no quieras ser el papá de mi bebé!
-¡Jajaja! Terminá la facu y después hablamos…
-¡Bueeeeenoooo! ¡Tengo una chance!
-O sea…, cuanto más temprano te recibas… más posibilidades habrá…, modestamente…
-¡Sos un pícaro!
-Vos también… ¡Por eso digo que somos simbióticos! ¡Jajaja! Y… ahora vamos a desayunar…
	Me levanté, puse una cacerolita con agua a calentar…
-¿Y eso para qué es? – Clarisa miraba interesada.
-Para calentar el café… Se calienta a baño maría porque si no se quema.
-Aaahh…, mirá vos…
-Por eso es horrible el café de esas cafeteras de vidrio que quedan con el calor de una hornallita eléctrica.
	Bueno, luego del tratamiento “docente”, Clarisa preparó las tostadas con queso crema y acomodó las sillas… Una, notablemente, de costado.
-Vení, sentate aquí.
-Esperá que se caliente.
-Después lo sacamos. Sentate. - Clarisa estaba imperativa.
Me acomodé así, de costado, con la flácida pija.
-Ahora verás. - Se agachó, me la lamió un par de minutos, hasta que estuvo semidura. - Necesito tenerte ocupado. – Se la metió en la boca y utilizó todo su arte para endurecerla al máximo. Ella sabía que yo no estaba en condiciones de acabar, pero igual lo intentaba. 
-Mi amor, todavía no estoy en condiciones ...