UNA GRAN FAMILIA 2
Fecha: 09/02/2023,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... familia…
-Si lo sé. – Clarita pegó un grito. - ¡Ay Dios! ¡Qué lindo!
-Eso… mmmmmmm…, no quiere decir que dejemos de coger… Solamente lo haremos mientras podamos…
-¡Ay! ¡Si papito! ¡Lo que vos quieras!
-Me gustaría mucho cogerte cuando estés embarazada…
-¡Eso es lo que quiero! ¡Qué me hagás un bebé!
-No puedo mi amor. ¡Estoy viejo para eso! Necesitás esperma de un chico joven, como vos.
-Si papi. ¡Cómo digas! ¡Me voy hacer embarazar por alguno de mis novios!
-No ahora, tesoro. Cuando terminés la facu, así vas a poder cuidar mejor a tu bebé…, y nosotros vamos a tener más tiempo para muchas cogidas.
Clarisa me apretaba el cuello con sus muslos y la cabeza con sus manos. Su AMOR era por demás expresivo.
-Vos los sabés, seguro. Tengo varios novios, cuatro o cinco con los que… ¡ay diosito! ¡Ahhh…! Cojo casi todos los días. No con todos…, pero sí uno por día. Pero ninguno se parece a vos. No lo digo por las cogidas, no por eso, sino por la dulzura, el cariño, la ternura que vos me das. Ellos cogen muy bien. Pero con vos es otra cosa. ¡Por eso te amo tanto…! - No dejaba de gemir, suspirar, gritar…, mientras hablaba. – Mientras me sigas queriendo yo voy hacer todo lo que… ¡ay Dios! ¡Me vengo! ¡Síííí!.
¡Y me llenó la cara de jugos! Tuve que separar la boca, sino me ahogaba… En cuanto dejó de estremecerse besé sus muslos y me erguí para besarla en todo el cuerpo. Monte de venus, ombligo, tetas, las areolas, los pezones, el cuello, las orejas, hasta terminar en su boca… y ...
... en su lengua. Algo de los fluidos que había logrado mantener en la boca, lo transferí a la suya. Clarisa me abrazaba con toda el alma y la pasión.
-¡Dejame que te la chupe! – La tenía alzada, con sus piernas rodeando mi cintura.
-No, ahora no. Quiero metértela bien en concha y culo…, y al final acabar en tu boca, como a vos te gusta.
-Bueno, dale.
-Vamos al living y ponemos la manta en el suelo. – La llevé alzada y besándonos hasta la sala. Allí estaba todavía estaba el cobertor que había usado Aldana para proteger el sofá.
Lo extendimos sobre la alfombra para protegerla y que sea más mullida, y me acosté. Levanté las piernas para darle lugar… No hubo necesidad de ninguna aclaración. Ella, previsora, trajo de la cocina el lubricante. Le unté el hoyo, la pija y le metí dos dedos. ¡Estaba lista! Se la enterró hasta el fondo. A Clarisa le gustaba más duro que a su hermanita. ¡Su cabalgata fue feroz! Con los dedos de una de mis manos en su concha.
-¡Sí! ¡Así, así! ¡Qué lindo! – Ella acompañaba con la frotación del clítoris…, y seguía hablando de amor…, cogidas y embarazo.
-Tesoro, mi nena preciosa. – Yo la alentaba,
Alternaba mis manos entre amasarle las tetas y acariciarle el clítoris. Sabía que así llegaría más rápido a un nuevo orgasmo. No me equivoqué. A los cinco minutos ya se estaba sacudiendo, gimiendo y gritando.
-¡Me vengo! ¡Me vengo! ¡Si, sí, si, si, sííííí! - Me inundó la pelvis de fluidos.
-Sentate sobre mi cara. ¡Te la chupo! - Lo hizo rápidamente. Cuando ...