1. La historia de Claudia (2)


    Fecha: 20/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... Blanca revelando la crueldad de la que era capaz. La incorporó tomándola del pelo sin miramientos y sonrió satisfecha al ver la cara de Claudia arrasada en lágrimas. Después le dio un empujón y le ordenó que fuera al baño a refrescarse un poco el culo en el bidet.
    
    -Y volvé inmediatamente que tenés mucho que hacer. ¿Entendido?
    
    -Sí, señora... sí... –contestó la joven entre sollozos y empezó a caminar hacia el baño refregándose las nalgas que le ardían como si estuvieran siendo abrasadas por el fuego.
    
    Al quedarse sola, Blanca se sentó en el sofá, se echó hacia atrás con una amplia sonrisa de satisfacción y pensó en esa impensada generosidad del destino que le había devuelto a Claudia e incluso tan plenamente como no la había poseído nunca antes.
    
    -Esto recién empieza. –se dijo frotándose las manos y mirando en dirección al baño, agregó: -Ya vas a ir sabiendo quién soy, mocosa, jejeje...
    
    Mientras tanto, Claudia se levantaba del bidet ya más aliviada por ese refrescante contacto de sus nalgas con el agua fría. Se lavó la cara y después de secarse se miró al espejo:
    
    -Dios mío... –se dijo. ¿por qué no puedo escaparme de aquí? ¿por qué no vuelvo al comedor, me visto y salgo disparando para no volver nunca más y olvidarme para siempre de ella? ¿por qué, aunque me resulte increíble me siento excitada si debería estar indignada por la humillación a la que me somete convirtiéndome en su sirvienta?... Nunca ni mamá ni ella me habían dado tan fuerte y sin embargo a ...
    ... pesar de que me dolió horrores esa paliza siento que no puedo escaparme... que me tiene dominada y en su poder.
    
    Salió del baño con los ojos llenos de lágrimas otra vez y con la cabeza gacha fue hacia Blanca y le dijo:
    
    -Aquí estoy a su disposición, señora... –y pensó: "mi camino ya no tiene retorno"...
    
    -Y más te vale que no te retobes y hagas muy bien tu trabajo de sirvienta. –le advirtió Blanca ya de pie e imponiéndose con autoridad desde su estatura diez centímetros superior a la de Claudia, y su proporcionada corpulencia.
    
    -¿Puedo volver a ponerme la bombacha y la pollera, señora? –se atrevió a preguntar la joven.
    
    -Todo lo contrario. –fue la respuesta. –Te vas a desnudar del todo, así no te preocupas por cuidar la ropa y pones toda la atención en las tareas que tenés que hacer.
    
    Claudia contuvo una protesta, por miedo a ser nuevamente azotada, y se quitó entonces la campera y la remera, exhibiendo totalmente ante Blanca la belleza de su cuerpo desnudo. Cuando Blanca la azotaba siendo su mucama nunca se había mostrado desnuda ante ella y estarlo ahora le producía una mezcla de sensaciones, vergüenza y excitación al mismo tiempo, y al darse cuenta se puso colorada.
    
    -Andá a dejar esa ropa en el dormitorio y volvé enseguida. –le ordenó la dueña de casa y cuando Claudia estuvo de regreso en el comedor le enumeró las tareas que debía hacer: planchado de varias camisas, lavado de vajilla que Blanca había dejado a propósito y, por último, cocinar y servirle la ...
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