1. Chingado otra vez por el gitano


    Fecha: 20/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    El lunes cuando llegué a trabajar a la descarga del pescado congelado, volví a coincidir en los vestuarios con el gitano y sus 2 colegas. Me saludaron dando los buenos días y me puse a cambiar de ropa para empezar a trabajar. Me senté en el banco justo enfrente del gitano, ya que era donde tenía la taquilla. Él ya estaba listo para salir, pero se quedó esperando que yo me cambiara; los 2 amigos ya se habían marchado, al igual que la mayoría de la gente; cuando estaba colocando la ropa en la mochila y guardar esta en la taquilla y ponerme luego el chándal que usaba para trabajar, el gitano se levantó aproximándose a mí. Llevó una de sus manos a mi culo y sobándome el mismo a través del slip que llevaba puesto, me susurró al oído; joder payo, que culito más rico, ya me has puesto cachondo y con ganas de volvértelo a chingar bien chingado.
    
    Me estremecí al notar su mano sobarme el culo a través del slip. Cómo pude lo aparté, y me senté en el banco para terminar de ponerme el pantalón del chándal, calzarme las zapatillas de deporte, y luego ponerme una sudadera. Joder que eres bien salido le dije, ahora no podemos que ya va a ser la hora de empezar. Además, no tengo ganas; el sábado me dejasteis el culo para el arrastre, y aún tengo el culo algo dolorido.
    
    Me levanté del banco una vez terminé de vestirme, y pegado a mí, y aprovechando a meterme mano, venía el gitano.
    
    Cuando llegamos al andén, el encargado nos fue distribuyendo a cada uno en su puesto de trabajo y ...
    ... empezar con la faena.
    
    Aquella mañana cada vez que coincidía con el gitano, si tenía oportunidad de meterme mano, no lo desaprovechaba, con mucho disimulo me pellizcaba el culo, me metía mano, hasta llegó a restregar su paquete por mi culo, dejándome notar cómo estaba de empalmado.
    
    Cuando llegó la hora de parar para comer, yo cómo casi siempre fui a comer al bar de la cooperativa. Allí prácticamente íbamos todos los eventuales a comer. De nuevo volví a coincidir con el gitano y uno de sus colegas; era Luis; cuando me vieron, se sentaron en la misma mesa que me encontraba yo.
    
    Teníamos una hora para comer antes de volver al trabajo, así que cada uno pidió su comida. Yo cómo siempre a esa hora comía un bocadillo, luego tomaba un café; me gustaba tener tiempo para descansar un poco y no ir con el estómago lleno a trabajar. Durante la comida hablamos de todo un poco, pero en cuanto tenía ocasión, el gitano me metía mano; llevaba la conversación a cómo me iba follar, y las ganas que tenía de hacerlo. Antes de levantarnos para volver al trabajo, quedamos en tomar unas cervezas al salir por la tarde.
    
    Nos levantamos y después de pagar cada uno lo suyo, antes de marchar, fuimos a mear el gitano y yo. En los aseos, el gitano volvió a la carga, y mientras yo meaba en el urinario que había pegado a la pared me metió mano por todas partes; para joder, le dije, que no puedo mear; me soltó, y se puso a mear en el urinario de al lado. Cuando terminé de mear, fui al lavabo a lavarme las ...
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