LA AMIGA DE MAMI - Relatos Eróticos

LA AMIGA DE MAMI

... loco. Fue divertido. Llevé una de mis manos a la concha… ¡Sus jugos derramaban por sus muslos! ¡Qué desperdicio!
-¡Vení! ¡Rápido! ¡Subite, parate en el sofá! - En cuanto la tuve así, la tomé de los glúteos y la apreté contra mí, y desde las rodillas hacia arriba chupé todo lo que puede haciendo especial énfasis en los pliegues internos y la vulva… ¡La lengua llegó hasta el fondo! 
	Yo la retenía desde los glúteos. Ella me apretaba la cabeza contra su pubis.
-¡Ay Dios! ¡Me hacés acabar de nuevoooo! - ¡Y se derramó para mi placer!
	Quedó temblando contra mi cara. Me soltó para masajear sus tetas, rodeando sus globos, y luego toqueteando sus pezones hasta que se convirtieron en rígidos dedales marrones. Bajó al piso y se acercó a mí rostro. Se inclinó hacia adelante y me ofreció una de sus tetas para chupar.
-Realmente me excita mucho cuando las… chupás… - Ella iba a decir “cuando me las chupan”… pero lo personalizó en mí… 
Abrí la boca y Valentina empujó hacia adelante para rellenar con su gordo pezón mi boca. Gimió al sentir la humedad de mí lengua en su teta.
-¡Chúpalo, papito, chupalo! – Ronroneó. – Chupame los globos también, todas las tetas para vos. ¡Por favor! Mordémelas… ¡quiero sentir tus dientes! 
Valentina gimió cuando le mordí su grueso pezón. Cuando volví a meter los dedos en el culo volvió a gemir, entrecerrando lo ojos.
Me tomó la cabeza desde la nuca apretando contra las tetas. En un momento mi rostro quedó en el valle de sus tetas… La giré hacia la ...

... derecha y mordisqueé el globo… Después de un rato, apartó mi rostro y me metió la otra teta en la boca. Fui con los dedos de la mano izquierda a su concha. Con la otra amasaba la teta que había estado chupando. El pezón estaba mojado e hinchado. Tenía mi mirada en sus ojos. Me miró, y guió su mirada hasta mi boca chupando el pezón. De repente tembló, se sacudió, me “enterró” la teta… y acabó! Mis dedos quedaron hermosamente húmedos y cálidos. Recliné mi cabeza sobre las tetas de Valentina. Ella me acariciaba sobre el cabello.
-¡Qué hermoso es verlos a ustedes “haciendo el amor”! – Clara enfatizó “haciendo el amor”. Estaba junto a sus hijas bajo el arco que unía el pasillo de ingreso con la sala.
-¡Clarita, tesoro! ¡Tú macho es único! ¿Cuánto hace que estamos aquí?
-Y…, unos quince minutos… - Contestó Clara.
-¿Quince minutos? ¿Nada más? ¡En esos quince minutos tuve tres orgasmos! ¿Podés creer?
-Sin duda… ¡Dani te hace estar en el paraíso permanentemente!
-¿Viste Vale? ¡No sos inútil para nada! – Clarisa estaba entusiasmada por la “perfomance” de Valentina.
-¡Absolutamente para nada! – Yo estoy totalmente de acuerdo.
Valentina se recostó en el sofá, hacia la derecha, apoyando su cabeza sobre mi regazo, con sus piernas sobre el apoya brazo respectivo. A mi izquierda se sentó Clarita, tan cariñosa como siempre, besándome con amor y lengua, absorbiendo los restos de flujo de Vale que quedaban en mi boca. Se agachó sobre el rostro de Valentina y la besó.
-¡Estás exquisita ...