1. Mia: ¡Dios mío, la tienes grande!


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... horas y ahora no tiene esa urgencia de liberar ninguna presión. Aun así, Mia lo masajea sobre la tela del bóxer y este va tomando más potencia y Mia me dibuja un rostro de asombro. Deja que mi glande salga por una de las mangas y ella lo toma con sus pequeñas manos. Solo exclama:
    
    -¡Dios mío, la tienes grande!
    
    Realmente mi miembro no es muy grande si consideramos que mido un metro y 87 centímetros. Al igual soy un poco más alto que el promedio y por tanto mi pene va acorde con mi altura. Algunas chicas que me lo han medido me han dado números variados: desde 20 centímetros, hasta los 26 centímetros… todo depende quien lo mide o cómo lo miden y en qué condiciones lo miden. La verdad que creo es el promedio para mi altura, aunque debo admitir, su grosor si es un tanto extraordinario, pues yo no tengo cuerpo de obeso.
    
    Mia me asistió en removerme el bóxer y comenzó un oral de las mil maravillas. Obviamente no le cabía toda aquella masa, pero ella se obstinaba en sumergirla lo más que ella podía. Debo decir que Mia es un tanto agresiva para el sexo oral. No quiero decir que es ruda, ella te brinda enorme placer, pues literalmente puedo decir que mi verga se la metió en el esófago, al punto, como ella me lo decía posteriormente, la hacía llorar, pero le gustaba aquella sensación de tener un pene grande en su conducto digestivo, que le daba la sensación de ahogamiento y podía observar esa angustiosa sensación de respirar, al punto que sus ojos se mantenían llorosos.
    
    Me ...
    ... dio un oral de unos 20 minutos y cuando se cansaba y quería que su respiración se normalizara, solamente me mamaba los testículos mientras con sus dos manos me la pajeaba agresivamente. No me hizo acabar con esa rica manera de mamar y pajearme la verga, pues ese mismo día por la mañana había eyaculado dos veces y a mi edad de 51 años, uno puede manejar el sexo más a mi antojo.
    
    Llegó mi oportunidad de despojarle de lo que vestía. Ya lo zapatos estaban en algún lugar de la habitación. Le quité la blusa o así la describí, pero era una especie de corsé, que le ceñía bien su abdomen y se abría arriba para dejar ver en algo sus pechos. Tenía varios broches al lado de atrás y uno a uno los desabroche. Le remuevo su brasier y me quedan sus dos lindos pechos con una areola café, las cual besé y mamé, disfrutando de esos dos erectos pezones. Le removí su falda blanca, la cual era pequeña, minifalda y veo un diminuto bikini color negro y donde su conchita debe reposar, ahí tenía una toalla femenina la cual emanaba un rico olor.
    
    La conchita de Mia es una linda y diminuta conchita. No tenía ningún vello púbico y no sé qué método de depilación usa, pues la piel de esa zona, es tan tersa, como si de las nalgas de un bebé se tratara. Su conchita estaba súper mojada, la toalla que llevaba puesta y que obviamente estaba pegada a su bikini, se podía observar un fluido grueso de sus jugos vaginales. Mia sí que estaba excitada. Como lo he dicho antes, me gustan las chicas pequeñas, pues es ...