HAY QUE TRABAJAR
Fecha: 04/06/2023,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... pero no la invitaba a nada. No sabía qué hacer para salir con ella sin que la nena fuera un impedimento. Me parece que más allá de la vecina, no tenía nadie con quien dejarla.
El jueves siguiente Danna me dijo: “esta tarde salgo a las cuatro.”
-¿A las cuatro?
-Si, dije en personal que tenía que ir al médico.
-Ah, bueno, te llevo.
-¡Shhh! No voy al médico. Luego te digo.
-Bueno, entonces te llevo a una confitería…
-Luego hablamos…
A las cuatro fui a la salida de personal. Ahora no valía la pena hacerla caminar 200 metros. Todos sabían que la llevaba a la casa.
-¿Por qué no vamos a algún lado…, ahora que tenemos algo de tiempo? – No quería decirle de entrada, que quería ir a un hotel.
-No, no. Quiero ir a casa… ¡qué vengas a casa!
-Pero…
-Te aseguro que no te vas a arrepentir.
-No quiero molestar en tu casa… Además está la nena.
-Ella llega a las 5 y treinta, como todos los días.
-Ah, si, cierto. Pero igual podemos. Tenemos algo más de una hora… para nosotros… - Yo intentaba sugerir… que fuéramos a algún lugar que estuviéramos solos y a cubierto de miradas indiscretas, sin vecinos.
-Te prometo que no te arrepentirás de venir a casa. – Danna me miró sonriente y pícara. Me acarició el muslo.
A mí no me interesaba ningún tipo de recibimiento especial…, yo quería una cama…
Bueno, al fin, a los 5 minutos, estábamos en la puerta de su casa.
-Pero… Danna, la nena verá la camioneta.
-¿Qué importa? Será a las cinco y treinta.
Resignado bajé. Cerré, puse la ...
... alarma, y acompañé a Danna a la entrada, tratando de ser lo más indiferente posible…, por los vecinos… Abrió, entré, y Danna cerró… con llave. Yo parado a su lado…
Giró y sin más me pasó los brazos por el cuello, y su boca vino hacia la mía. El beso comenzó muy suave…, hasta que las lenguas se trenzaron en erótica lucha. No había vuelta atrás. La levanté desde el culo. Danna abrazó mi cintura con sus piernas. Como yo había visto la vez anterior cuando se fue a cambiar donde estaba el dormitorio, fuimos hacia allá, siempre con sus glúteos en mis manos y sus piernas en mi cintura. La deposité sobre la cama. Sin más me agaché, levantando su amplia pollera, y sin demora ni titubeo, corrí la tanga y besé su depilada, sabrosa, aromática y húmeda conchita. ¡Sus labios externos como terciopelo! Introduje la lengua, y recorrí desde la vulva al clítoris, los rojos, inundables y tiernos labios internos.
Las manos de Danna apretaron mi cabeza contra ella.
-¡Uy Dios! ¡Aaaaasííí! ¡Dios qué lindo! ¡Cómo lo deseaba! – Danna gemía y me movía la cabeza de un lado a otro. ¡La gran puta! ¡Me la va a arrancar!
Una de mis manos tenía corrida la tanga. Con la otra trataba de acariciar sus tetas, sobre la ropa. Danna, por suerte, soltó una de sus manos de mi cabeza para arrancarse la blusa. Se levantó el sostén y me puso la mano sobre una teta. Tiré de los pezones. Con los labios apreté el clítoris, que casi era un dedo meñique. ¡Dios grandioso!
No pasaron cinco minutos, que digo cinco, ¡ni ...