TAREAS EN EL HÍPER - Relatos Eróticos

TAREAS EN EL HÍPER

... de todo. De todo lo que ve toma cuatro o cinco cosas, y fue al probador con todo. La señora sonreía y me miraba con lástima.
-¡Papi! ¡Ven! ¡Quiero que me veas! – Jazmín pegó el grito.
-¡Señor! Lo llama la nena… - La jovencita me avisa. Yo estaba en la luna…, calculando cuanto me saldría todo.
  
-¡Papi, papi! ¿Por qué papi? ¿Quién es el “papi” aquí? – Me agaché y le hablé bajo. Apenas si pude ver el increíblemente ajustado jogging de lycra…, y un minúsculo top que apenas le tapaba la areola… y los pezones increíblemente erguidos… - ¿Por qué me llamaste “papi”? - Pregunté en voz baja.
-Para que piensen que eres mi papá…, y no un adulto que me compra cosas para luego violarme…
-Estás loca…
-¡Jajaja! Te digo en chiste. Es mejor que piensen que sos mi papá, y me miras como me quedan las cosas… - Jazmín movía las caderas. - ¿Qué tal el jogging y el top?
-Jazmín…, eres muy hermosa…, todo te queda bien… pero…
-Quiero que me digas tu opinión. Quiero saber si te gusta.
-Es… muy lindo…, pero creo que es ropa muy… audaz…, me parece… 
-Pero si no se me ve nada… - Y seguía contoneándose…
-Es… que es tan ajustado… - En realidad, no sabía cómo decirle que su cuerpo, desde la cintura hacia abajo, podría ser el de una señorita de quince o más… ¡Su increíble culito puede ser la tentación de cualquiera, de cualquier edad! 
-Pero “papi”…, se usa así, todas las chicas andan con pantalones lycra ajustados.
-Bueno…, si tú lo dices… ¿Y si mamá no quiere?
-Lo aceptará, seguro. Ahora ...

... me pruebo el pantaloncito. Es de denín…, como un vaquero…
Y antes de que yo reaccione, se bajó el jogging. ¡No tenía ropa interior, ni bombacha ni nada! ¡Se estaba desnudando delante de mí! Me di vuelta. 
-¡Papi! ¡Papi! ¡Mira cómo me queda! - ¿Qué quería? ¿Qué voy a ver si esta desnuda?
-Bueno…, ponte el pantaloncito. 
-Si, si, mira.
Se lo había puesto. Giró para que yo de mi “opinión”. ¡Tan chiquito que no tapaba ni la mitad de los glúteos! 
-¿No es lindo?
-Si, si, es lindo…, pero dime. ¿Por qué no te pones bombacha? - Me agaché a su oído.
-Es que con el jogging se nota si tienes bombacha. Y se marca…, queda mal. 
-¿Y con el pantaloncito?
-Una bombachita se ve en la cola. Lo que necesito es una tanga, esas chiquitas…
-Bueno, ponete una tanga aunque sea… 
-Pero no traje. ¿Puedes ir a buscarme una?
-¿Cuál? 
-La que más te guste…
-A ti te tiene que gustar… - Yo insistía.
-¡Yo quiero que te guste a ti!
Salí del probador, no queda otra. Le pedí a la señora un par de “tanguitas para la nena.”
-Es muy exquisita su nena ¿no?
-Y si…, sale a la madre. - ¿Qué otra cosa podía decir?
-¿Cuál prefiere de estas? – Me mostró varias. Yo no tenía la menor idea. ¡Me paso la vida sacando tangas, no eligiendo! Busqué un par, más chiquitas que un apoya vasos. Entré al probador. ¡Jazmín nuevamente desnuda de frente al ingreso!
-¿Qué haces? – Se había sacado hasta el top.
-Te espero para ponerme la tanga.
-Acá está. – Estiré el brazo con las prendas, dando vuelta la cabeza. ...