TAREAS EN EL HÍPER 3 - Relatos Eróticos

TAREAS EN EL HÍPER 3

... nuevamente descargó un orgasmo. Luego de chupar todo lo posible, fui nuevamente con la lengua a su hoyito. ¡Ahora si! ¡La pude meter! Sentí como se contrajo.
-¡Dios papito, me muero!
-¡Eras eso lo que querías! - Pude hablar en medio de las chupadas. Me costaba respirar, pero no quería detenerme. ¡No podía! ¡Esta nena es recontradeseable! ¡Más que ninguna que conociera o tuviera en mí boca en los últimos tiempos! ¡Qué belleza! Volví a la concha, lamia los pliegues de los labios interiores, sorbía todo lo posible, lamía el clítoris, iba a la vulva a meterle la lengua como un lápiz. Ella se movía para acomodar la lengua donde quería, del orificio de la concha al ano. Cuando metí nuevamente la lengua en el culo, metí un par de dedos en la concha. De pronto comprendí que podría lastimar el himen, así que volví a la lengua, y los dedos al culo. Ahora fueron dos en el ano. Jazmín seguía moviéndose y acomodando. Suspiraba, gemía, decía palabras ininteligibles, y se apretaba contra mí. Con una mano me apreté la pija. ¡No quería acabar! ¡Tan dura estaba! Tengo que controlarme. Era lo que intentaba.
-¡Ay papito! ¡Eres la locura! ¡Cómo me gusta! ¡Dios! - ¡Y volvió a derramarse!
	La levanté y la senté a mi lado.
-¿Estás bien? ¿Qué quieres que hagamos? - Se levantó y sentó a horcajadas sobre mis muslos. Sentí como me apretaba la pija entre sus nalgas.

-Quiero que me la metas…
-No…, mi amor. Te puedo hacer daño.
-¿Por qué?
-Es que…, no quiero lastimarte…, te puedo hacer doler… ...

... Sos… – Le iba a decir “muy chica” - …romper el himen… ¿sabes no?
-Si claro, pero ya fui desvirgada… - Hablaba como algo totalmente normal.
-¡¿Cómo?!
-Si, en la escuela…
-¿Tus compañeros?
-Si…, bueno, no. Mis compañeros no pudieron. Lo quise hacer con ellos, pero…, tu sabes…, la tienen muy chiquita, no llegaron, apenas si pudieron metérmela un poquito. 
-¿Y entonces?
-Busqué a un chico más grande, del último curso, que me gustaba. Se lo pedí, pero no quiso. Me dijo como tú, que me podía lastimar. Yo insistí, le mostré la chucha y el poto, para que vea que yo estaba buena. ¡Y al final lo convencí! 
-¿Y dónde lo hicieron? 
-En el baño, durante el recreo.
-¿Parados?
-No. Se sentó en el inodoro y yo me senté arriba, como ahora contigo. Y me la metió, despacito. Me dolió…, un poquito, pero luego pasó, cuando me la metió toda y cuando empezó a subirme y bajarme, arriba, abajo, se me fue el dolor…, y me gustó mucho…
-¿Una sola vez?
-Dos veces más. Pero luego no pudimos más, porque la novia, que es de su mismo curso, se enteró, y le dijo que lo iba a dejar si seguía “cogiendo” conmigo, y… ella es más grande… y tiene tetitas… Yo no. 
	Morbosamente, pensé que la novia de ese chico tendría que estar buenísima, para que la prefiera por Jazmín.
-Así… que ya vez…, me la puedes meter… sin problema… ¡Nos va a gustar! ¡Sobre todo a mí! Yo sé que a ti te gusta más con mamita, ya sé, ella tiene lindas tetas… y sé que te gusta chupárselas, te vi, pero a mí me gustará mucho. Y bueno, ...