1. Masturbándome con mi hermanita (lésbico.. creo)


    Fecha: 27/09/2018, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    Este es otro de los relatos reales que quisiera compartir con ustedes. En realidad, si ya habrán leído algunas cosas mías y se han puesto en contacto conmigo, sabrán que no tengo una súper vida sexual que contar, ni soy alguna clase de ninfómana cachonda que se la pasa pensando todo el día en el sexo. Creo que esto se debe a que lo considero una práctica tan… humana y natural, que no le remito la mayor importancia. Me gusta mi cuerpo. No me masturbo seguido. A veces olvido, salvo unos días cada mes, que tengo una vagina allá abajo. Por otro lado, me he dado cuenta de que, independientemente si el relato contiene o no sexo, por alguna razón lo encuentran sumamente excitante, así que he decidido compartir con ustedes un momento interesante que tuve con Clarisa, mi hermana menor (y no, no es una niña, es, actualmente, una chica de 17 años). Esta historia comenzó unos años atrás, en uno de esos días invernales en los que difícilmente sale el sol, aunque en mi localidad los climas cálidos son casi todo el año. Tenía yo, por ese entonces, unos 17 años y medio y Clarisa estaba por cumplir los 15. Se ilusionaba mucho por esa edad, como casi todas las señoritas, y soñaba con irse el viaje que mi madre le había prometido a cambio de la costosa fiesta a la que ella se había encaprichado meses antes. Por aquellos años, Clarisa y yo teníamos ciertas disputas propias de las hermanas: que si mirábamos al mismo chico, que quién recibía la mejor atención de mamá, que si una era mas guapa ...
    ... que la otra y que si una se metía en los asuntos de la otra. Supongo que sólo las que poseen hermanas pueden saber de qué cosas hablo. Entre esos cambios hormonales que iban y venían de un día para otro, mi hermana menor comenzó a aislarse un poco mas de lo que usualmente es, y halló pasatiempos distintos, como el irse a nadar a las piscinas cada dos o tres días a la semana, o intentar convertirse en pintora con acuarelas, e incluso de dibujar un cómic de romance para publicarlo por Facebook. Supongo que buscaba su identidad. También había comenzado a desarrollarse corporalmente. De niña era un poco gordita, pero el traspaso por la escuela secundaria la cambió rotundamente, y tras practicar el baloncesto durante unos años, adquirió una constitución delgada, atlética y ligera, con largas piernas, bonitos brazos y unas nalgas respingonas que se volvieron poco a poco su orgullo particular. Todas las mujeres tenemos una parte que nos hace sentir especiales y quizá un poco por encima de las demás. Mamá y yo notábamos esos cambios y comenzábamos a preocuparnos porque la niña se había vuelto un poco coqueta al saberse deseada tanto por los chicos de su edad como por los adultos que a veces nos silbaban cuando pasábamos por la calle. Así pues, los pequeños shorts de mezclilla al salir por la calle, los sujetadores ajustados que le levantaban las tetitas, las calcetas a las rodillas como una sexy colegiala y el pelo amarrado con una coleta exponiendo un cuello refinado y blanco la ...
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