1. Masturbándome con mi hermanita (lésbico.. creo)


    Fecha: 27/09/2018, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... convirtieron en una pequeña engreída que ya quería comerse el mundo, o literalmente, a cuanto chico guapo se le pusiera en frente. —Si tienes alguna cosa que preguntar, hazla. No te quedes callada. Estamos tu hermana y yo para responderte —le dijo mi madre en una de las tantas pláticas que manteníamos a la hora de la cena. —Ay, no tengo nada. Pero sí tenía algo. Hoy lo sé. Los cambios hormonales son abrumadores y en las mujeres, cuando nos damos cuenta del poder que nuestros cuerpos ejercen sobre los chicos, lo que harían por que nos metiéramos sus penes a la boca, la forma embobada en la que nos miran los pechos, los cruces de piernas con minifaldas y las bocas carnosas, creemos que podemos controlarlos plenamente (y tal vez sea cierto), y entonces, los cosquilleos en el clítoris no se hacen de esperar y es necesario calmarlos con rapidez. Yo lo sé. A esa edad era adicta a la masturbación y al porno, aunque hoy son etapas de mi vida que han quedado atrás. En fin, en una de esas noches de invierno, cuando mamá se había quedado en la oficina a trabajar y Clarisa y yo estábamos mirando la televisión, apareció un anuncio de condones, de esos que no tendrían porqué estar en horario familiar, y en él se veía a una chica muy guapa morderse los labios mientras sugerentemente deslizaba las manos por el vientre bajo. —Increíble que esto lo vean los niños —murmuré. —Yo ya lo había visto — contestó Clarisa. En ese momento vestía otro de sus diminutos shortcitos y se acariciaba ...
    ... sutilmente las piernas con los dedos. Era una vanidosa sin remedio —. ¿Lo haces? —¿Qué cosa? —Masturbarte. Enrojecí, y no tanto por la pregunta, sino por la incomodidad del momento. Clarisa no era de hablar mucho a esa edad. Nos decía cosas, pero era cuando nosotras la instábamos a charlar y no al revés. —Pues… see. No lo niego. —¿Duele hacerlo? —¿Tú no lo haces? Mamá ya nos habló de eso. —Sí, qué vergüenza. A veces me da cosita que mamá nos hable de sexo. —Es normal. Ya sabes como es ella. La conversación no pasó a más en ese momento. Lo que vino después, fue mas tarde, cuando yo estaba en mi habitación tocándome silenciosamente mientras recordaba la hermosa polla de una de mis parejas. Vestía yo en ese momento sólo con unas cacheteros negros que ocultaban la humedad con su color, y un sencillo sujetador deportivo. Estaba confiada de que Clarisa estaba en la sala, pero no. Cuando ya tenía dos dedos dentro de mi estrecha vagina, llamaron a la puerta. Era ella, claramente. Me coloqué una bata nada más. Era usual vernos en ropa interior. La casa está habitada sólo por tres mujeres ¿por qué habría de tener pudor entre nosotras? En varias ocasiones habíamos visto las tetas de mamá cuando desfilaba por la casa como loca buscando su sujetador en los botes de ropa limpia. —¿Qué onda? —le pregunté. —¿Estás ocupada? —No… —¿Puedo preguntarte algo? —Pasa. Clari se sentó tranquilamente sobre mi cama y suspiró con cierta vergüenza. Cruzó las piernas y estiró la espalda. Luego tomó una inspiración ...
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