Masturbándome con mi hermanita (lésbico.. creo)
Fecha: 27/09/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
... de aire. —Me siento culpable. —¿Qué pendejada hiciste? —Ninguna, ninguna. Sólo me anduve… tocando allá abajo y… este… pasó lo que pasó. —¿Te corriste? Asintió, apenada. Por un momento quise reírme por la inocencia que demostraba una recién transformada niña en jovencita ante la primera descarga orgásmica de su cuerpo, pero en vez de eso, la abracé con amor. —¿Y por qué te sientes culpable? —Pues no sé… bah. Es una pendejada mía. Déjalo. Es sólo que… me da como que soy patética. Quería que mi primer orgasmo fuera con un hombre, no conmigo misma. Clarisa es así, inclusive en la actualidad. Es una mujer que valora mucho las primeras veces: la primera relación sexual, el primer novio, el primer beso, el primer día de escuela, la primera menstruación… cosas así. Era lógico que se sintiera algo cohibida. —¿Por qué te masturbaste? —Estaba viendo cosas en internet. —Porno. —Mm… Me reí un poco. —Chica, es normal. No jodas. Las mujeres también ven porno y también nos tocamos. Ya no eres una niña ¿no es eso siempre lo que dices? —Equis. —Yo también lo hago, hace ratito lo estaba haciendo en que tocaste. — ¡Ay! ¡Qué asco! —exclamó y se separó inmediatamente de mí, porque le había estado rosando el hombro con la misma mano con la que me había penetrado. Por todo, yo casi me orino de las risas porque la piel clara de su rostro enrojeció de inmediato. —¡Bah! No seas mamona (en mi país es algo así como ridícula, o pesada, o exagerada) —Bueno… ¿y… ya te corriste? —Estaba a punto de. Me ...
... recorrió con la mirada. La bata medio abierta. Las piernas separadas. Los cacheteros, el sostén deportivo. No sé qué es lo que le pasó por la mente, pero se sentó en la hamaca que colgaba de mi habitación (en mi país, mas exclusivamente en mi estado, las hamacas se fabrican con fines artesanales, se cuelgan de lado a lado de la habitación en unas cosas metálicas llamadas eses, por su forma de S, y son realmente cómodas los días de verano. Nada mejor que dormir con poquita ropa, meciéndose suavemente y con el aire acondicionado puesto). —¿En qué estabas pensando en que lo hacías? —En Carlos. —¿El del tatuaje feo ese en su brazo? —Sí. Tenía una buena polla. —¿De verdad? Tú decías que lo ibas a dejar por que no era hombrecito? —Nah, sólo era para disimular. Así, bien grandota y llena de venas. —Qué rico —chilló ella medio en broma, y ya mas relajada, se comenzó a meser —. Bueno, ya qué. Ya lo hice y ni modo. —Pues sí… —me acosté en la cama y durante un rato nos quedamos completamente calladas. Miré a mi hermanita de reojo. ¿Qué estaba esperando? ¿Por qué no se iba? ¿A caso no sabía que necesitaba tocarme un poco más? Junté las piernas para aprisionar mi vagina y comencé a moverlas un poco. Entonces, producto de la excitación (no soy de excitarme fácilmente, pero cuando lo hago, me vuelvo una persona distinta. Supongo que es normal de quien trata de recluir esos instintos), e imaginé cómo debió de verse ella masturbándose, tocándose, frotándose hasta el placer, y ello sólo me mojó un ...