TAREAS EDUCATIVAS - Relatos Eróticos

TAREAS EDUCATIVAS

(Le invento una aventura con una mamá y su hija. Quiero saber su reacción. Quiero ver qué pasaría, ante un hecho que le pienso “contar”. La aventura con la “mamá” es verdad. La hija la inventé. No creo que sea complaciente conmigo nada más porque a mí me guste cogerme a su hija. Trataré de hacerla corta. Lo del viaje al congreso es cierto.)
“Hace algunos años viajé a Barcelona para un congreso de la profesión. En realidad esos congresos son más para hacer turismo que para cuestiones intelectuales. ¡Y para conseguir algunas lindas chicas…, de las que hacen de “dama de compañía”! Las famosas “scorts”. 
-¿Y conseguiste alguna?
--No, muy caras. Pero pasó lo que sigue…
-¿Ya eras viudo?
-Si, por supuesto, sino hubiera ido con mi esposa. Te sigo contando…

“En Barcelona hay un famoso paseo que se llama La Rambla. Sobre este paseo está un llamado Mercado de la Boquería, donde hay de todo, y aunque no necesites comprar nada, es lindo como paseo. Allí estaba yo, tratando de ver si había algo para “enganchar…”

-¡Jajaja! ¡Me imagino! – Danna me ayudaba con “imaginación”. 
-Había un montón de turistas…, y hermosas mujeres. ¡Alguna habría sin novio ni marido! ¡A la pesca entonces!

	“Caminaba lentamente entre los kioscos y puestos… De todo para elegir. Mujeres también…, pero la gran mayoría no está sola. Maridos, novios, amigos, amigas, familiares… 
Me detenía en algunos puestos que me parecían interesantes, y donde suponía que podría haber alguna mujer… “solitaria”. ...

... Estaba en uno, de bisutería, hermosas joyas artesanales, bellas por el diseño, sin piedras caras. Había un montón de chicas, de todas las edades. Los encargados no daban abasto. «¿Señor? ¿Señor?» «¿A mí?» «Sí señor. Perdone. No quiero molestar… ¿conoce usted algún puesto donde vendan helados?» «¿Helados?» ¡Una belleza total! Unos cuarenta y pico…, cabello recogido castaño claro, ojos de miel, cuerpo de Diana Cazadora… «Eh, eeeehhh…, creo que vi uno…» ¿Helados? Qué raro… En realidad, no había visto nada, pero si una mina así me pregunta por el camino a Marte… pues… le digo que si… «Venga, acompáñeme.» «¡Si, vamos mamá!» ¿Y ésta de dónde salió? Una nena estaba a su lado, o atrás, no sé de dónde salió. «Si, gracias señor. Mi nena me estaba pidiendo…, no recuerdo ver uno.» Yo tampoco, pero no le voy a decir eso. La mujer es latinoamericana, probablemente del sur… Verdaderamente hermosa, y la nena igualita a la mamá, como Jazmín.”

-¿Cómo Jazmín? – Danna inquieta.
-Si, así. Como Jazmín, respecto a ti. Quiero decir tan parecida a la mamá como Jazmín lo es con respecto a ti…, y una muy hermosa sonrisa. 

“Bueno…, anduvimos buscado hasta que vimos uno. Compramos para los tres. Yo las invité, a pesar de las protestas de la mamá. Seguimos caminando juntos, con el pretexto de acompañarnos mutuamente mientras comíamos el helado. Como nos identificamos como sudacas…, conversamos animadamente. Ella se llama Sabrina, la nena Leticia. Hacia quince días que estaban en España, cinco días en ...