Convierto a mi sobrino en mi esclavo sexual
Fecha: 29/09/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... pajeaba.
Ya era viernes y me llama Silvia para saber qué había pasado y le cuento, no con muchos detalles porque él estaba cerca, pero lo suficiente como para que ella con su mente podrida me saque de esa rutina. Me da un número de teléfono y me dice que la llame cuando esté sola.
Espero a que mi sobrino se vaya a bañar y la llamo, desde la cocina veo la puerta del baño y lo veo pasar desnudo y entrar como si yo no existiera. Entonces la llamo.
—hola Silv, estamos solas podemos hablar.
—escucha atentamente, tienes que pensar en algo para lastimarte las manos.
—estás loca, ¿para qué?
—tienes que hacerte dependiente de él en un 100%
—pero como hago estás loca.
—hay que tenderle una trampa. Mira tienes la piel muy sensible y blanca tienes que comprar anilina colorada y pasar un poco por tus manos, quedaran rojas y eso le hará creer que te quemaste.
—pero como hago para comprar la anilina si soy ciega, tonta.
—te la haré llevar por Carla la enfermera del hospital, tienes que mandarme un mensaje cuando el tonto de tu sobrino haya salido de casa por algo.
—¿Cómo simulo la situación para que me crea?
—piensa en algo, con la comida, cualquier cosa.
—bueno eres una genio, ya va a salir del baño te dejo, gracias guarra.
—espera, espera cuando te quemes dile a Leo que me llame y yo lo voy a aconsejar.
En eso lo llamo a Leo cuando veo que empieza a salir del baño.
—¡Leo, puedes venir!
—sí tía, ahora voy ¿qué quieres?
Veo que, así como ...
... estaba, desnudo, viene caminando por el pasillo con la toalla rodeando su cuello, puedo ver su flácida pija tambaleándose como un largo badajo, así se detiene y se apoya en el marco de la puerta de la cocina. Yo le comienzo a hablar y veo que su pene comienza a crecer de a poco, pero sin parar, de nuevo lo tengo empalmado.
—Leo, mañana sábado quiero preparar algo yo de comer, estoy cansada de comer todo comprado y no es justo que tengas que darme de comer otra semana.
—pero no hay problema tía, así estamos bien.
Mis ojos no podían quitar los ojos de su pene, suerte que mis lentes ayudaban para ocultarlos.
—ya lo tengo decidido, mañana cocino yo.
—como quieras, tía.
—te hago una lista y a la mañana vas a comprar.
Mientras hablamos se acerca lentamente y arrima su pene erecto a centímetros de mi cara, yo estaba sentada y casi sentía el olor a semen, pero no me podía mover para verlo mejor, yo me lo quería poner en la boca.
Después cenamos y seguimos con la rutina.
A la mañana me lleva a la cocina y le dicto una lista con cosas difíciles de conseguir en un solo comercio, quiero que tarde un poco en conseguirlas y lo mando a comprar. Cuando estoy segura que él sale de mi casa me apresuro a mandar un mensaje a Silvia para que me traigan el sobre de anilina. Luego de media hora escucho el timbre de entrada, miro por la ventana y veo a la enfermera con el recado.
—hola Mariela, te mandó este sobre la doctora Silvia, me dijo que era algo urgente para un ...