1. Convierto a mi sobrino en mi esclavo sexual


    Fecha: 29/09/2018, Categorías: Hetero Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... a lamerme desesperado la vulva, metía la lengua lo más profundo que podía, después me da vuelta y hace lo mismo con mi culo. Empiezo a tener varios orgasmos seguidos y eyaculo mucho líquido, estaba en el cielo, estuvo más de media hora así. Él se para de golpe agarra su verga y la apunta sobre mi panza, acaba con fuerza, era increíble. Cansados nos acostamos, pasó un rato y comenzó de nuevo, su lengua era un regalo del cielo. Ese día ni comimos pasamos todo el día, desnudos en la cama. Dormimos toda la noche uno al lado de otro. Antes de dormirnos le digo que mañana se la iba a chupar yo.
    
    Llegó el viernes, por la mañana me despierto y le digo que mis manos ya tienen que estar curadas, pero antes le chuparía la verga como se lo prometí. Me siento en un borde de la cama y él se para a mi lado, me arrima la pija a la boca y empiezo a chupar con unas ganas tremendas, siento su grosor y dureza, siento sus serpenteantes venas, su enorme cabeza casi toca mi garganta y me ahoga. En eso un fuerte chorro de semen golpea mi garganta y me hace escupir y tragar al mismo tiempo, pero él sigue como poseído. Yo no podía parar y él no podía de dejar de tenerla parada. En esa posición estuvimos una hora.
    
    Antes del desayuno le pido que me lleve al baño, comienzo con mi rutina de todas las mañanas, pero Leo tal vez pensando que sería el último día en que me podría tocar y limpiar con sus manos entra excitadísimo al baño. Yo cagando y el jugando. Me tomó por sorpresa su alegría, parecía un ...
    ... cachorrito. Me tenía atrapada en mi trono, yo haciendo fuerza y él riendo, se para delante de mí, acerca su parado rabo y me cachetea la cara, me la pone debajo de mi axila izquierda y hace como como que me quiere follar el brazo, era una locura. Termino con dificultad de cagar y le pido que me limpie. Le levanto el culo y le digo.
    
    —¡Vamos limpia guarro!, jajajaja.
    
    —¡Yo, guarro!
    
    En eso rápidamente raspa mi ano con dos dedos, alza la mano y me la pasa por la cara. Me paro de golpe y le grito.
    
    —¡Sucio! ¡Asqueroso!
    
    Él sólo ríe, arrima su cara y empieza a besarme, mete su lengua en mi boca y la mueve, yo sentía su verga durísima apoyada en mi estómago, no paraba de besarme, hasta pude sentir el gusto de mi mierda. Luego de largos minutos nos metimos en la ducha y comenzó a lavarme, metía sus dedos en todos mis agujeros.
    
    Mientras estábamos en la ducha fuimos sacando las vendas de mis manos, ya las tenía “curadas”, al mismo tiempo las usaba, lo primero que pude tomar entre mis manos fue su miembro erecto y duro y me lo llevé a mi boca, acabó en pocos segundos nuevamente en mi boca, ya no necesita las tostadas para tragar su semen que ahora me ahogaba. Pensarán que con tanto juego masturbatorio, la penetración ya sería un hecho, pero no, estábamos lejos. Mi sobrino era un pequeño chihuahua y yo una hembra gran danés en celo. Quería que no me llegase a penetrar con su rabo, lo quería todo el día excitado, embrujado por mis feromonas sólo para darme placer. No quería ...