1. El abuelo de mi amiga Camila


    Fecha: 01/08/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: LauraPaolaAcost, Fuente: CuentoRelatos

    ... los platos; mientras lo hacía, el no me quitaba el miraba mi trasero; ya que yo lo estaba moviendo descaradamente para que el pudiera observar mis movimientos.
    
    Al cabo de unos minutos, cuando yo ya estaba terminando de lavar los platos me tire un poco de agua justo en la zona del pecho, como estaba fría; mis pezones empezaron a pararse y el lo notó. Maldije un poco para que pensara que había sido por accidente y que eso me molestaba. El, tomó una pequeña toalla de la cocina y se ofreció a limpiarme un poco; yo accedí ya que soy una "devora ancianos compulsiva y cachonda". Mientras me limpiaba por encima del escote y rozaba levemente mis senos me dijo:
    
    Laurita, espero no ser una molestia para ti, pero quiero que me ayudes a poner una de mis películas en el DVD, ya que yo no sé manejar el de mi nieta, el mío en mi casa es una tanto más sencillo, traje algunas de mis películas favoritas y espero que me hagas ese favor esta misma noche.
    
    Si señor, no se preocupe.
    
    El resto del día transcurrió en unas cuantas rozadas cada que nos topábamos por la casa. La cena se pasó volando y yo lo noté ya que él se veía muy entusiasmado. Samuel se acostó a dormir temprano tipo 9:30 P.M. y esta vez yo apagué su televisor. Llamé a Camila y le dije que todo se encontraba muy bien, que su abuelo y si hijo estaban en buenas manos y que ninguno de los dos era una molestia para mí.
    
    Me duché y me puse lo mismo de la noche anterior, pero sin mi tanga que por cierto no la encontraba. Pasé ...
    ... por la habitación de Don Carlos para observar que estaba haciendo antes de entrar y ponerle sus películas. Cuando lo ví se estaba haciendo de nuevo un gran pajaso; pero esta vez tenía algo en su mano; algo que le olía y luego pasaba por su gran pija; no tardé mucho en darme cuenta que se trataba de mi tanga la que yo no encontraba. Me sentí tan deseada y tan cachonda al mismo tiempo; esperé a que terminara su maniobra y unos 15 minutos después entré en la habitación. El sonrió y me indicó donde estaban sus películas; tuve que buscarlas muy bien ya que estaban ocultas entre sus cosas. Tomé una y se la enseñé; el asintió y yo la puse en el DVD. Me dispuse a irme de la habitación; pero no sin antes decirle: "Don Carlos, se puede quedar con mi tanga, yo ya no la necesito". Y me fuí a mi cuarto.
    
    Me acosté y dejé la puerta entre abierta como la noche anterior. Me quedé dormida; y un rato después sentí un poco de frio. Abrí los ojos y me di cuenta que estaba sin la sábana encima; la busqué en la oscuridad de la habitación y no la encontré; cuando me iba a disponer a levantarme una mano me tomó de la cintura y me apretó con sus gruesos dedos hasta que me acostó de nuevo en la cama, luego sentí como con otra mano me tapaban la boca; sentí un poco de pánico pues no sabía quién era. Cuando por fin esta persona habló:
    
    No te asustes Laurita querida, soy Carlos; solo entré en tu habitación porque quería ver como dormías; no era mi intensión despertarte en el momento en que levanté la ...