TAREAS EDUCATIVAS 3 - Relatos Eróticos

TAREAS EDUCATIVAS 3

... 55, me coja a tu nena. ¡Eso no está bien!
-¿Por qué? ¿Por qué las nenas no pueden ser felices? Si a Jazmín la hace feliz tenerte de amante… ¿por qué no lo puedes ser?
-¡Tampoco es legal! – Yo insistía. Quiero saber hasta dónde llega.
-Pero es absurdo… Bueno, está bien que la ley castigue a quien le hace daño sexual, o de cualquier tipo, a otra persona. Pero si vamos a lo sexual…, tú mismo lo dijiste. La libido existe desde el nacimiento. Si bien está muy bien castigar a los violadores, a aquellos que abusan de la negación, ¿por qué no puede estar permitido el sexo consensuado a cualquier edad? ¿Por qué suponer siempre, que alguien menor de determinada edad, en algunos lugares 18, en otros 16, en otros menos, no son capaces de tener conciencia del deseo o del placer? Si Jazmín te desea, quiere estar contigo, quiere sentirte dentro de su cuerpo, quiere que tú la sientas, ¿por qué va a estar mal? ¡Para nada! Yo no te considero pervertido, sino amoroso, el más amoroso del mundo, y es tremendamente placentero para mí, ¡compartirte con mi hija!
-¡Lo que dices es maravilloso! - ¡Al fin escuché lo que quería! 
-Además, mi propia hija me lo dijo: “¡Es tan hermoso cachar! Me excito tanto cuando Dani me chupa los pezones, me mete los dedos en la chucha, me da la pinga a mamar, cuando me deja montarlo para ensartarme solita. ¡Es tan rico sentir la tibieza de su lechita!”
-¿Eso te dijo? ¡Qué lindo! ¿Y qué te parece si lo hacemos ahora? Eso que dijo Jazmín…, los dos…
-¡Si! ¿Y el ...

... desayuno?
-Lo tomo luego, cuando abra el híper…
-¿Dónde vamos?
-Acá mismo. Inclínate sobre la mesa.
-¡Dale! – Danna se acomodó con su culaso al tope. Me incliné y separando las nalgas le lamí el generoso orto. Desde allí fui a la concha, pasando por el perineo. Metí la lengua en la vulva y recorrí los labios internos, ya humedecidos. Agregué más saliva.
-¡Estás riquísima, mi amor!
-¡Ay papito cómo me gusta! ¡Seguro más que a Jami…! - Danna se estremeció. No hacía más de cuatro minutos que la estaba lamiendo. Derramó muy buena cantidad sobre mi boca. Cuanto absorbí todo me erguí y acomodé para enterrársela en la concha.
-¿Va bien, mi amor? – Es una pregunta retórica.
-¡Dios! ¡Maravilloso! – Me incliné sobre ella y le tomé las tetas. - ¡Si, así, así, papito! – Danna sigue absolutamente caliente.
	Supuse que con sus gritos debía haber despertado a Jazmín. Giré la cabeza hacia la puerta y allí estaba la nena, sonriendo picarona. Comencé un rítmico meta y saca. La mamá me acompañaba con las caderas. Estuvimos como diez minutos con el meta y ponga. ¡Genial! 
-¡Ay papito! ¡Acabooooo! – Y volvió a derramarse, ahora en mi pija, chorreando en mis muslos… ¡No podría ser mejor! 

	Nos quedamos tirados sobre la mesa. La tenía fuerte desde las tetas. Nuestras piernas temblaban. Cuando la tuve fláccida me retiré, la giré y nos enfrascamos en un tremebundo beso.
-¡Qué lindo amanecer, mamita! – Le llené de besos todo el rostro, el cuello, las orejas, las tetas… 
-¡Mira quién está ...